La celebración del mercadillo extraordinario del Viernes de los Dolores, aprobado por la Mesa do Comercio es el último capítulo del final del armisticio de Nardo Faro Lagoa -el concejal imprescindible para mantener el gobierno de centro derecha en Cangas- con sus socios del PP, cada vez más hastiados del continuo hostigamiento a que los somete. "Las mareas suben y bajan, y mucho cuidadito con las oscilaciones", avisa Faro Lagoa para dejar claro que es él quien tiene la llave del poder y que ese apoyo puede desaparecer en cualquier momento. "En el Mediterráneo el mar oscila unos 20 centímetros, pero aquí puede llegar a nueve metros", abunda, siempre en un tono didáctico amenazante que cada día esconde menos.

En los últimos meses Faro Lagoa ha tensionado el gobierno local hurgando en delegaciones de otros ediles, especialmente en Tráfico y Policía -uno de sus clásicos-, Urbanismo o Comercio, pero tampoco elude asuntos relacionados con Personal, Hacienda o Medio Ambiente, aunque con menor ímpetu. "Nada de lo municipal le es ajeno", ironiza una persona de su entorno, y reconoce que "Nardo ya lleva meses haciendo campaña electoral". Él no lo niega. Más aún, deja claro que empieza "el sprint y yo ya voy por libre; lo que vale ahora es recoger votos" en las elecciones municipales, en las que dice que volverá a presentarse "como cabeza de Unión das Parroquias de Cangas" (UPAC), pese al lío interno en la formación.

El ataque iracundo a quienes ven la compatibilidad el mercadillo con las procesiones de Los Dolores va en esa dirección de cosechar votos por la derecha del PP, y más con su augurio de que Berta Pérez sea candidata a la Alcaldía. "Ella exigió dedicación exclusiva para entrar en política y la tuvo en el Concello porque yo lo permití con mi voto", revela. "Unos trabajamos sin cobrar y otros sólo se mueven por la pela", abunda. No elude epítetos sobre Pérez, a la que advierte que " su prepotencia y sus caprichitos" pueden tener los días contados. Igual que la coalición de gobierno.