Enrique Juncal trasladó al Concello de Moaña toda la documentación sobre la instalación de la batea en la ría de Vigo en el año 1932. Su objetivo es "que se reconozca que en Moaña se implantó la primera mejillonera y que fue pionera en ello". Durante su búsqueda de documentación no halló indicios de que las rías gallegas apostaran por la cría de mejillón, sino que "se exportaba a zonas de Cataluña para cultivarlas allí". "Lo que hizo Manuel Otero fue un lanzamiento, antes de que él se decidiera se llevaban la cría de Galicia para zonas como Barcelona y él apostó por hacerlo aquí, fue un logro", matiza.

Según pudo comprobar, aquella primera mejillonera se construyó gracias a grandes cajones de madera de General Motors. "Fueron forrados con una lona y tratados con alquitrán para hacerla impermeable, después se fijó en la ría", relata. Después de analizar la documentación, el alcalde moañés, José Fervenza, asegura que mantendrá una reunión con los mejilloneros y con Capitanía Marítima de Vigo. "Es un orgullo decir que la primera batea estuvo en Moaña y si es así queremos que se reconozca porque es un hecho importante para los vecinos y para un sector del que viven muchas familias", explica el regidor.

Enrique Juncal también sostiene esta teoría. "Tuve noticias de que desde otros municipios se aseguraba que la primera batea se había implantado allí, pero la documentación recabada apunta a que fue en Moaña y es bueno que se informe al pueblo y se reconozca", comenta.

A pesar de que la implantación de la mejillonera en 1932 fue muy breve y a que la mala suerte hizo que se trasladara al litoral vigués, lo cierto es que "fue un experimento que resultó muy bien a la larga". "Todo a pesar de que mi padre, que era el vigilante de la batea, no pudiese sobrevivir a la mojadura que sufrió aquel día de temporal porque no había medios médicos suficientes", recuerda con emoción su hijo.