Las disputas internas en el grupo municipal socialista de Cangas volvieron a salir ayer a la luz después de un tiempo de una tensa calma. La concejala socialista María José Vilas ignoraba ayer que había un encierro de representantes de la corporación municipal en la central de N.C.G. El portavoz municipal del grupo socialista, Martín Piñeiro, recibió la comunicación del alcalde de Cangas, José Enrique Sotelo, pero no la trasladó más que a su compañera Antonia Queimaño, que fue la que estuvo presente en el encierro. De esta manera, a la edil socialista se le coarta la posibilidad de ejercer como representante del pueblo, y es su propio partido quien lo hace. María José Vilas no quiso tensar más la cuerda y se limitó a manifestar que no había sido advertida del encierro por parte de su portavoz. Eludió manifestarse al respecto, pero tampoco dijo que podría tratarse de un simple despiste. Y es que no es la primera vez. Hubo otras ocasiones en la que tampoco fue avisada para acudir a reuniones representando al grupo municipal socialista, a pesar de que los otros dos ediles no acudieron por distintas razones.

María José Vilas es la concejala díscola del grupo municipal socialista. La actual dirección del partido trató primero de que no cogiera el acta de concejala, tras la dimisión del que fuera cabeza de lista del PSOE, Héctor Otero. Una vez entró en la corporación sus compañeros la apartan de las decisiones y solo se comunican con ella a través de notas donde se le indica lo que tiene que votar en cada punto del orden del día.