El origen de la polémica se remonta a 1986 y se debe a la denuncia de un particular, que manifestaba que el inmueble no se ajustaba a la línea de edificación establecida. Tanto es el tiempo transcurrido desde entonces que "muchos de los vecinos pensaban que el tema ya estaba arreglado", reconoce Emilio Juncal.

Hasta que hace cinco años se encontraron de nuevo con la desagradable sorpresa. Las consecuencias de la denuncia tienen más repercusiones. "Llevamos años queriendo impermeabilizar una de las fachadas y no nos dejan por la situación legal", lamenta.