Los percebeiros de Bueu abrieron ayer la campaña de Navidad y finalmente tuvieron que recurrir a la zona de reserva del entorno de cabo Udra. La meteorología, especialmente un fuerte mar de fondo, impidieron a los mariscadores acudir a la isla de Ons. A primera hora de la mañana se reunieron en la lonja y tras analizar la situación decidieron trabajar en las rocas de la playa de Lagos, donde las condiciones del mar les permitían trabajar con una relativa seguridad. En total se recogieron casi 170 kilos de marisco, que se pagó a un precio máximo de 70 euros el kilo. "No es un mal precio, pero se esperaba un poco más", reconocían ayer al final de la jornada algunos de los percebeiros. El importe medio fue de 50 euros ya que algunos lotes llegaron a bajar de los 20 euros.

Los mariscadores saltaron a las rocas poco después de las 11.00 horas y trabajaron hasta pasadas las 13.30 horas. La impresión es que había "buen producto" y aunque no era muy grande sí que "era de buena calidad". El problema, con el que ya se contaba de antemano, es que a pesar de la vigilancia de los últimos meses los furtivos hicieron de las suyas. "Se notaba que la zona estaba muy tocada, con las rocas raspadas", aseguraban. El problema es que casi todo el entorno de Udra es de "fácil acceso". La excepción son los "cons" exteriores, aunque con las actuales condiciones meteorológicas son también inaccesibles para los propios profesionales. "Hace falta que esté el mar muy calmo", subrayan.

La esperanza del sector es que el precio del percebe se incremente a lo largo de la semana. Eso podría suceder en función de dos alternativas. Si el tiempo obliga a seguir trabajando en la misma zona los percebeiros podrían intentar ir a lugares como A Escadiña o Udra, donde hay un producto de mayor calidad. La otra opción es que el tiempo conceda al menos una tregua de un día para poder ir a la isla de Onza, una zona que también se deja habitualmente como reserva para estas fechas.