Más de medio centenar de afectados se reunieron ayer por la mañana en la puerta de la sucursal moañesa de Concepción Arenal. A pesar de que se abrieron las puertas y, en un primer momento, se permitió la entrada a la oficina "de uno en uno", los empleados decidieron clausurar su actividad minutos después de la apertura.

La indignación de los afectados se complementaba con la de los clientes, que vieron como por cuarto día consecutivo la oficina central de NGB dejaba de ofrecer un servicio "que es necesario para todos". Los afectados de Moaña repiten que "no nos rendiremos" y que continuarán con su política de cierres durante las próximas semanas y hasta que NGB "se digne a escucharnos". Además, no descartan nuevas medidas más severas de presión.

Durante la jornada de ayer no acudieron agentes de la Guardia Civil a la oficina, aunque sí realizan un control rutinario desde su coche. "Es increíble, nos tratan como si fuésemos delincuentes y el propio banco invierte su dinero en incrementar las medidas de seguridad y bloquear las puertas, es estúpido", explica.

Anuncian que mañana no habrá concentración para respetar "el día de cobro de los pensionistas porque no queremos fastidiar al pueblo,", pero el sábado "volveremos a mostrar nuestro enfado en Santiago de Compostela". La próxima semana habrá una oleada de manifestaciones y concentraciones en las sucursales, ya que el proceso de arbitraje toca su fin "y somos conscientes de que sin presión no conseguiremos nada".