Concepción Guardado se siente engañada por una entidad en la que confiaba "de toda la vida". Precisamente, el exceso de confianza en el personal de NGB fue el que le provocó estar inmersa en esta situación y confiesa que, en muchas ocasiones, está "desesperada". Ella y su marido están presentes en la mayoría de las protestas y prometen continuar con su particular lucha "hasta que no tenga fuerzas". Indica que los últimos anuncios que hablan de quitas o cambios por acciones no van a frenar sus intenciones. "O me devuelven mi dinero o me quedo a vivir en la sucursal, estamos tirados y hay mucha gente que no puede permitirse la vía judicial, es muy cara". Asegura que la subida de las tasas judiciales responde a "que ya sabían lo que iba a pasar, que los estafados íbamos a acudir en masa a los juzgados y quieren frenarnos". No comprende la reacción de los agentes que acuden a las oficinas para desalojarlos y les impiden reclamar sus derechos. "Se olvidan de que somos engañados, no le deseo esto a nadie y sólo comprendes lo que sientes cuando estás metido en este problema", concluye.