Una marea amarilla y naranja –el color de las camisetas reivindicativas creadas para la ocasión– formada por entre 1.500 y 2.000 personas (según las estimaciones de la Guardia Civil) inundó ayer las calles más céntricas de Moaña y colapsó el casco urbano para exigir a Novagalicia Banco y a la clase política una solución al problema de las participaciones preferentes y las obligaciones subordinadas, que pase por la devolución íntegra de los ahorros a todos aquellos que los invirtieron en estos productos financieros y ahora no pueden recuperarlos.

La marcha partió finalmente del muelle de O Con pasadas las 20.00 horas. Poco a poco se fue sumando gente a una protesta que arrancaron un millar de almas, entre ellos los alcaldes de Moaña y Cangas (PP), ediles del PSOE, del BNG y ACE, o la diputada socialista Carmen Gallego.

Más gente mayor que jóvenes, en buena parte afectados y otros que acudieron "por solidariedade" y sobre todo porque "case todo o mundo ten un familiar ou amigo con este problema". Unidos recorrieron primero la calle José Costa Alonso y después Concepción Arenal. La tarde estuvo marcada por las consignas contra los banqueros, tan repetidas en las protestas de este colectivo en los últimos meses, y por un ruido ensordecedor generado a base de hacer sonar bocinas y silbatos hasta extremos que obligaron a muchos participantes a recurrir a tapones para los oídos.

La marcha, convocada por miembros de la plataforma de afectados en Moaña, no contó solo con la participación de vecinos de la comarca, sino que fueron varios los autobuses que llegaron desde distintos puntos del sur de Galicia. Entre las pancartas que encabezaban se podían leer las consignas de las plataformas de Ourense, O Rosal, O Baixo Miño, Boiro, Vigo o Pontevedra.

El anuncio de que NGB decidió cerrar las tres oficinas céntricas que tiene en el municipio moañés, al entender que no se podía garantizar la seguridad de clientes y empleados, estuvo presente a lo largo de la hora y media que duró la protesta.

Todos tenían su historia y cada uno expresaba su malestar de distintas formas. Hubo tramos en donde se tiró de elementos festivos para llamar la atención, desde algún disfraz hasta gaitas, tambores, bombos y cacerolada empleando utensilios de cocina para hacer ruido.

Pero fue cuando alcanzaron las sucursales de la entidad, sobre todo la de Concepción Arenal, cuando el enfado de muchos adquirió su tono más agresivo. Volaron los huevos y los kilos de harina sobre la fachada. Tampoco faltaron los petardos que con su estruendo hicieron que muchos vecinos saliesen al balcón de sus casas.

Mientras tanto, entre los asistentes era común escuchar el caso de cada afectado. "Téñenme todos os cartos que fixen durante cinco anos traballando en Terranova", lamentaba Javier Pérez, vecino de Boiro.

A la llegada, una hora después de que se iniciase el acto, las plataformas valoraron positivamente una participación que cifran en más de 3.000 personas.

Tras más de 10 minutos entonando la consigna "¡Manos arriba, esto es un atraco!", los organizadores volvieron a apelar a la necesidad de buscar una solución política a lo que tildan como "a maior estafa da historia deste país". Apelaron directamente a la Xunta de Galicia y criticaron que "ninguén actúe contra os responsables", entre los aplausos de la gente que se resistía a abandonar los jardines del Concello.

"Pechan para poñer aos clientes na nosa contra"

Muy crítica fue la lectura que realizaron los miembros de la Plataforma de afectados –micrófono en mano y ante el resto de asistentes– de la decisión de cerrar tres sucursales en Moaña. Entienden que se trata de un intento de "poñer ao resto dos clientes na nosa contra, pero responderemos pacíficamente", expresan en un comunicado leído en voz alta. Asimismo, se comprometieron a no acceder a las oficinas y expresar su enfado desde fuera.

Aluden a que "non houbo ningún incidente grave ata agora" y defienden que se trata de un "desprezo polos seus clientes".

Pero el capítulo que más lamentan es que "non vemos intención de diálogo dende a entidade cando non se informa a cada afectado nin se convoca á coordinadora de plataformas".

Piden que se reconozca en público "as malas prácticas exercidas durante anos na comercialización destes productos" y hablan de un incumplimiento de las normas fijadas por el Banco de España. Reclaman a la dirección de la entidad explicaciones de por qué "non se resolve isto xa".

Como manifestaron desde NGB, las sucursales de Daniel Castelao, Concepción Arenal y la rotonda de Salitre amanecieron cerradas "hasta nuevo aviso". Fueron muchos los clientes que acudieron a las oficinas de Meira y Domaio, que registraron una alta actividad.