La situación de la perrera de Vincios, en Gondomar, que ha sido investigada e imputado su propietario por el sacrificio de perros sin control veterinario y por la aparición de fosas con sus cuerpos, ha puesto en el ojo del huracán a este tipo de instalaciones. Moaña ubica la única perrera de O Morrazo, que gestionada, sin fines lucrativos por la Sociedad Protectora de Animales, da servicio a toda la comarca. Los datos son crueles, según la última memoria que la Sociedad Protectora presentó en el Concello y que corresponden al ejercicio de 2010. En ese año, la perrera registró una entrada de 319 perros por las llamadas de la Policía de Cangas, Moaña o Bueu, los encontrados en la calle o los que dejan en la puerta del recinto; y una salida de 297. Tristemente la mayoría de los perros que dejaron el recinto, en concreto 152, fue por "muerte natural o eutanasia". Por adopción se registraron 103 salidas, 41 fueron entregas a sus propietarios y una por un robo de un perro de caza.

La Sociedad Protectora explica en su memoria que la eutanasia es principalmente por enfermedad o por atropellos. También asegura que en ese año se recogieron muchas perras con cachorros recién nacidos, que se tuvieron que sacrificar. La explicación que dan los responsables de la perrera es que "el canil no tiene unas instalaciones para que estas crías puedan sobrevivir, ni para poder tenerlas aisladas mientras se crían. Tenemos la experiencia de otras que no han salido adelante y han ido muriendo poco a poco, por lo que con gran dolor por nuestra parte, las llevamos al veterinario para que las pinchen". Los perros también se sacrifican por la edad o porque son muy peligrosos y matan a otros. En la memoria consta que los cuerpos se incineran pero no especifica dónde, sino que eleva el coste del sacrificio, que oscila entre los 30 y 60 euros, según el tamaño.

Respecto a las instalaciones, informan que están muy deterioradas y llueve dentro de las celdas, lo que conlleva a más dificultad en el aseo. Añade que el Concello de Moaña, como propietaria del terreno donde se encuentra el refugio, en Broullón, tenía un proyecto para unas instalaciones que contemplaba celdas a izquierda y derecha con un pasillo central cubierto y transparente para que entrase la luz, lo que evitaría que cuidadoras y animales sufriesen las inclemencias del tiempo. También contemplaba unos patios traseros para el esparcimiento de los animales y así poder contemplarlos en mejores condiciones los futuros adoptantes. Además de esto, incluía la construcción de una caseta para guardar utensilios, el pienso y un dispensario con agua y luz para poder atender sanitariamente a los animales y así evitar los desplazamientos con el consiguiente ahorro.

El proyecto iba a ser financiado por algún organismo, que en la memoria la Sociedad especifica "no sabemos cual", después a través del Plan E, pero al final "todo quedó en tiempo perdido y eso que se confeccionó un proyecto, se modificó, se llamó a constructores para presentar presupuesto, pero nada de nada, la decepción fue muy grande, pues nos habían dicho que en seis meses estaría terminado". La Sociedad sostiene que lo único que se logró fue que después de nueve meses pusieran luz eléctrica, "aunque salta el limitador de vez en cuando y hay que desplazarse unos 900 metros para subir el machete".

Los gastos totales durante ese año fueron de 49.744 euros y los ingresos de 49.687. Los ingresos proceden en su mayoría de los concellos, aunque Cangas adeudaba entonces 21.660 euros y la Protectora amenazó con dejar de recoger perros en este municipio. Moaña y Bueu van pagando pero con retrasos, mientras que de la Xunta recibieron una subvención de 4.089 euros.