Tardaron más de lo previsto, pero los resultados de la exhumación realizada el pasado viernes día 11 de marzo en el cementerio de Cangas al cadáver del armador Manuel Joaquín Núñez Fontán ya se conocen y llegaron a la Audiencia Provincial. Después de analizar el fémur extraído del cuerpo del armador, las pruebas de ADN determinan que Áurea Isabel Rodas es hija del citado empresario cangués. La Audiencia Provincial de Pontevedra fijó para el próximo día 29 una nueva vista, pese a que las pruebas ratifican la sentencia que dictó el juzgado número 1 de Cangas, en mayo de 2009, cuando todavía vivían tanto Manuel Joaquín Núñez Fontán como su mujer.

La ciencia no hace otra cosa que corroborar lo que ya habían manifestado varios testigos, entre ellos la propia madre del fallecido. La hija, ahora ya sí, podrá iniciar los trámites judiciales pertinentes encaminados a conseguir la herencia paterna. No hay que olvidar que Manuel Joaquín Núñez Fontán no tenía ningún hijo de su matrimonio. Áurea Isabel Rodas es hija de una relación que el empresario mantuvo con la mujer que trabajaba en su casa.

No obstante, Áurea Isabel Rodas siempre sostuvo que esta demanda de filiación no se iniciaba por motivos económicos. Sus abogados replicaban a este argumento esgrimido por la defensa del empresario que "en calidad de titular de sus bienes, después de transcurrir 4 años desde que se inició el procedimiento -en el año 2005 llegó a la Audiencia Provincial- pudo adoptar las medidas y decisiones legales que estimó convenientes para que la demandante no se viera mínimamente beneficiada a su muerte". Respecto al hecho de que la demanda de filiación tardó en producirse, los letrados afirman que la hija siempre esperó a que la filiación se hiciese de manera voluntaria, algo que se alentó desde el ámbito familiar del empresario. Además, en la demanda de filiación no se habla en ningún momento de herencia.

El fallo del juzgado número 1 de Cangas señalaba que pese a que no existían pruebas biológicas porque el demandado se negó siempre a realizar la prueba de paternidad, alegando razones de salud, hay otras que pone de manifiesto la paternidad del demandando. La jueza no entiendía por qué se negaba a la prueba biológica si pensaba que Áurea Isabel Rodas, en su demanda, solo quería lucrarse.

Manuel Joaquín Núñez Fontán y su mujer no tuvieron hijos en su matrimonio. Tras fallecer el armador, su esposa no tardó demasiado tiempo en hacerlo. En la demanda de filiación se señalaba que Áurea era fruto de una relación sentimental existente entre el armador y la empleada de hogar de su casa, Inés Rodas Boubeta, en los años 1944 y siguientes. Áurea Isabel Rodas nació el 14 de enero del año 194, cuando Inés Rodas tenía 18 años.

También en el juicio que tuvo lugar en Cangas se constata que la madre del demandado atendió a la demandante cuando era niño cuando padeció una enfermedad que su ahora padre había tenido cuando era joven.