Las otras esculturas de sillas gigantes del mundo son como las de Meira. Un vecino de Moaña mostraba por correo electrónico su sorpresa al encontrarse en una rotonda en Castellón una silla de tres metros y se dijo para sí mismo: "Mira, como a de Moaña". Otros vecinos que viajaron a Ginebra, en Suiza, se encontraron también con la escultura de una silla gigante en la entrada principal a la sede de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Se trata de una silla esculpida por el artista suizo Daniel Berset y denominada "Silla rota", que fue instalada en 1997, como símbolo de la lucha en contra de las minas antipersonales esparcidas en más de 83 países y que han matado y mutilado a más de 20.000 personas. A la silla, de 12 metros de altura y construida en madera, le falta precisamente una pata.

La Silla Rota es el monumento a la paz mundial de Ginebra. Y mientras en otras partes del mundo, las sillas gigantes se han convertido en símbolos, en Moaña la que instalaron los artistas locales Xulio Lago y Roberto Brañas el pasado mes de septiembre y que fue retirada a los pocos días por los propios autores ante el miedo a una sanción por haberlo hecho sin autorización en un monte con un yacimiento, va a quedar instalada en un ayuntamiento de la sierra de Madrid que tiene un espacio natural dedicado a obras de arte. El ayuntamiento madrileño de Puebla de la Sierra fue el que se interesó por esta escultura para exhibirla en su denominado "Valle de los sueños" y ahora Xulio Lago y Roberto Brañas trabajan en una réplica para instalarla allí.

El próximo día 30, se celebra el Día Mundial de la Paz, y en Ginebra seguro que muchos mirarán hacia la silla gigante de la ONU. En Moaña no es posible ver la silla que dio la vuelta a España y que durante los días que permaneció expuesta en lo alto del monte, atrajo a cientos de personas. La intervención de estos dos artistas generó la mayor repercusión mediática que se recuerda en este municipio.