Las intensas lluvias de ayer cerraron el centro de Cangas durante dos horas y media. El más que anunciado desbordamiento del río Bouzós colapsó la villa entre las 11.30 horas y las 14.00 horas, provocando escenas de pánico y momentos de intensa tensión vecinal que la alcaldesa Clara Millán y el concejal de Obras y Servicios, Héctor Otero, trataban de calmar. En Bueu, el río Bispo volvió a desbordarse por tercer día consecutivo y fue necesario colocar varias barreras artificiales para bifurcar el paso del agua y distribuirla por diversos puntos, mientras que en Moaña un vehículo ocupado por cuatro jóvenes se precipitaba por la tarde sobre el regato de Verdeal, en la parroquia de Domaio. Afortunadamente no hubo que lamentar víctimas y los cuatro jóvenes, vecinos de la zona, que iban además con un perro, salieron por su propio pie. El coche quedó con el morro incrustado en el cauce del río y el maletero hacia arriba. Hasta la zona acudieron Bomberos de O Morrazo, Protección Civil, Guardia Civil y Policía Local, además de una grúa para retirar el vehículo, que cayó desde una altura de dos metros.

Según datos suministrados por Protección Civil de Cangas, en 8 horas cayeron en Cangas 50 litros por metro cúbico de agua. Las aguas desbordadas del canalizado río Bouzós entraron por la parte de atrás de las viviendas de las rúas Atranco, Noria y avenida de Ourense, superando las barreras que hace cuatro años habían instalado los vecinos, con el fin de evitar lo que ayer se repitió. y salieron por delante. Los edificios más afectados están construidos encima del río o invaden la zona de policía. La furia con la que bajaba el río Bouzós arrastró tras de sí lodo y ramas de los montes de Coiro que ayudaron a taponar la salida del río. La lluvia fue tan intensa que las alcantarillas no eran capaces de atender tanta demanda y el agua inundó por completo el centro de Cangas, entre el cruce de la avenida de Ourense con la calle Noria y hasta al altura de la Unidad de Atención a Drogodependientes. La Policía Local cortó al tráfico el centro de Cangas. Los vehículos que entraban fueron desviados por la parroquia de Coiro, a través de la avenida de Lugo, igual que los que salían. La llegada de Protección Civil y de la brigada de obras sirvió para aliviar la tensa situación que se vivía, con vecinos peleándose entre sí y otros que perdían los nervios. Levantaron los registros y el nivel del agua en la calle comenzó a descender de forma paulatina, aprovechando también un descanso que dio el temporal, que cerca de las 13,30 volvió a golpear con fuerza.

En todos los bajos comerciales, alrededor de una veintena de establecimientos, entró el agua, que en algunos casos llegó a alcanzar el medio metro de altura. El agua no alcanzó los niveles de 2006, pero provocó daños. Los restaurantes situados en la zona vieron como sus electrodomésticos quedaron dañados a pesar de las barreras que habían sido colocadas. Los propietarios y empleados de la bocatería Anubis se tuvieron que emplear a fondo para echar el agua fuera. Las calles Eugenio Sequeiros y la avenida de Lugo también se inundaron, alcanzado el nivel más de un palmo de agua. Vilanova y Pinténs, en la parroquia de O Hío, sufrieron continuos cortes de luz durante la mañana y en la zona de San Pedro, concretamente en A Toxeira, la lluvia tiró 45 metros lineales de muro y se inundaron tres garajes, algo que también se produjo en muchos del centro de Cangas. Protección Civil tuvo que solicitar cuatro bombas de achique a la Agencia Galega de Emergencias para hacer retirar el agua de los garajes. Llegaron por la tarde. El agua entró también por unos laterales del pabellón del colegio de Coiro inundándose y un muro se precipitó al lecho del río que pasa por el Muiño de Fausto.

Todos coincidían en manifestar que había habido suerte porque el aguacero había caído con la marea baja y temían que por tarde, con la subida de la marea, todo se volviera a complicar. Pero no fue así. La lluvia dio una tregua y los vecinos aprovecharon para limpiar y prepararse para el día siguiente, que se antoja más peligroso que el de ayer, según las informaciones de Meteogalicia. Una de las imágenes que se repetía ayer por la tarde es la de los propietarios de los bajos comerciales utilizando la espuma de poliuretano para pegar las barreras e impedir la entrada del agua. La Policía Local de Cangas se preparaba también para cerrar de nuevo el centro de la villa al tráfico e hizo acopio de vayas para que no sucediera como ayer, que fue todo muy precipitado.

Los vecinos se quejaban de que las acequias se limpian en verano, pero no en invierno, pero lo cierto es que los edificios donde más daño hizo el agua se levantan encima del río Bouzós, invadiendo su cauce o la zona de policía. De hecho hay una sentencia judicial del Tribunal Supremo que ordena el derribo de parte del edificio Noria 2, construido invadiendo el río. Está pendiente de fallo judicial el edificio Noria 4. En ambos casos se trata de problemas surgidos a raíz de denuncias presentadas entre vecinos. El edificio Noria 2 tiene licencia municipal, que fue declarada ilegal y el Noria 4 que carece de licencia, según José Carlos Lobera.