Salvador Barros Ríos, natural del municipio de Bueu, es uno de los miles de damnificados por el terremoto que afectó este fin de semana a Chile. El hombre, marinero jubilado de 62 años de edad, está casado desde hace más de 25 años con una ciudadana chilena, Gladys Carrillo, y ambos residen en la localidad costera de Talcahuano y que dista a apenas unos 15-20 kilómetros de Concepción, que es el lugar en el que se localizó el epicentro y ambas son de las más afectadas por el maremoto posterior. Los familiares que residen en Galicia siguen las noticias con preocupación debido a los graves problemas de comunicación. "Mi mujer pudo hablar con ellos el sábado justo después del terremoto. Pero estamos muy preocupados por el tsunami, que seguro que arrasó lo que no se llevó el temblor", explica el chileno Juan Clavería, que es hijo de Gladys e hijastro de Salvador. "Están casados en segundas nupcias, pero para mí es mi padre", afirma Juan.

Desde el fin de semana no han tenido comunicación directa con ellos, pero ayer a mediodía recibieron un correo electrónico tranquilizador. "Nos lo enviaron unas primas mías que están en Estados Unidos, pero su padre [el tío de Juan] está en Chile y les ha dicho que están bien", explica Juan Clavería, que reside desde hace años en el barrio moañés de Sabaceda. Ese mensaje es tranquilizador, "pero sólo en parte porque allí están también mis hermanos, cuñadas, sobrinos...", añade. Fue su esposa la que pudo hablar con Chile en la jornada del sábado porque él estaba de regreso por cuestiones laborales desde Holanda.

Fueron necesarios varios intentos hasta que por fin pudo contactar con Salvador, al que conocen como Vor, y con Gladys. "Nos dijeron que se cayó todo: muebles, aparadores, armarios... En la casa de mi cuñada, que está al lado, se cayó una pared sobre la habitación, pero afortunadamente fue cuando ya estaban fuera", cuentan. Ahora la principal preocupación es saber cómo les afectó el tsunami y el lugar en el que se encuentran exactamente. "No sabemos si están en un albergue o en un refugio y nos preocupa la falta de alimentos y agua", relata con preocupación Juan Clavería. Durante estos días también están en contacto con el consulado chileno para conocer el paradero de sus familiares, desde donde también se les recomienda que visiten los foros de la comunidad chilena en Internet.

Salvador y Gladys se conocieron cuando el buenense trabajaba como marinero porque en la zona suelen atracar barcos con tripulación gallega. "Se conocieron a través del hermano de mi madre y desde entonces están juntos", apunta Juan Clavería. Él, su mujer y sus hijos estuvieron precisamente en el país sudamericano hace poco, durante la Navidad. "Estuvimos para celebrar las fiestas ya que allí también estaban en pleno verano. Yo quiero que se vengan para España porque a Salvador lo operaron hace poco de nuevo del corazón, necesita medicación como insulina y además hace poco que perdió la vista", cuenta. Sin embargo, el matrimonio se mostró reacio a dejar Chile ya que "pueden ir tirando y están con buena parte de la familia".

Salvador también cuenta con familia en el municipio de Bueu, donde residen su madre y su hermana Mercedes, que se mantienen en contacto con Juan Clavería e intentan seguir las noticias a través de Internet.