Las obras de la segunda fase del muelle de mejilloneros de A Mosqueira, en Moaña, llevan bastante tiempo paradas. La razón hay que buscarla en unos problemas con la cimentación, que obligaron a la empresa contratada por Portos de Galicia a replantear el proyecto y barajar varias alternativas para resolver el problema. Y es que cuando intentaron cimentar los más de 26.000 metros cúbicos que habían dragado se encontraron con que el cemento se hundía constantemente. Desde Portos de Galicia atribuyen este hecho a que se trata de una zona en la que se han acumulado mucho lodo.

En estos momentos la empresa de Ferrol "Bardera Obras Civiles y Marítimas" está tratando de buscar una solución técnica al problema para continuar con un proyecto muy demandado por los mejilloneros de Moaña.

La actuación total, financiada por la administración autonómica, supone una inversión de 1,9 millones de euros y consiste en una prolongación en perpendicular del muelle para proteger toda la cara interior de la instalación construida durante la primera fase. El nuevo dique deberá tener una longitud de 60 metros y una anchura de 20 metros. Esto totaliza una superficie de 1.200 metros cuadrados ganados al mar. Desde Portos de Galicia aseguran que existe la necesidad evidente de utilizar el atraque exterior de forma más rutinaria por parte de los barcos mejilloneros.

Una vez que esté construida, la prolongación del muelle servirá a embarcaciones de hasta cuatro metros de calado. El plazo de ejecución de las obras, desde que "Bardera Obras Civiles y Marítimas" las retome será de 16 meses.

Portos de Galicia espera que en un breve plazo se puedan continuar con los trabajos, asimismo, los responsables del organismo quitan hierro al contratiempo asegurando que "estes problemas adoitan pasar con este tipo de obras marítimas".

Años de espera

La urgencia de propietarios y trabajadores de las bateas de Moaña por contar con esta ampliación del muelle es evidente, e incluso la reconocen desde la administración autonómica. Pero el proyecto lleva varios años dando vueltas. Y es que fue la Xunta de la última legislatura de Fraga la que licitó la obra. Después el gobierno bipartito se encargó de adjudicarla y actualmente, con un tercer ejecutivo autonómico, las obras todavía no han tomado cuerpo.

De todas formas, si la solución al problema técnico se encuentra en breve sería cuestión de meses que la segunda fase fuese una realidad.