"Me gusta tu Galicia, tu ría y tu Morrazo". Eso es lo que le dijo la directora del programa "Un país para comérselo" al industrial aceitero Alfonso Díaz cuando éste le propuso su idea para el capítulo que debía grabarse en tierras gallegas. "Me buscaron y me encontraron a través de amigos como Juan Teijeira. Tenían una idea inicial que luego cambiaron por completo cuando yo les conté la mía", relata Díaz, que durante los nueve días que duró el rodaje actuó como un verdadero "cicerone" de todo el equipo técnico. Y muy especialmente de Juan Echanove e Imanol Arias.

El capítulo grabado en Galicia es el sexto de la serie y está previsto que se emita hacia el mes de abril. Los propios interesados no quieren desvelar todos los detalles para mantener cierto factor sorpresa. Pero una vez finalizadas las sesiones sí que hacen un balance de la experiencia y recuerdan los sitios por los que pasaron, que básicamente son los municipios de O Morrazo. En Cangas su experiencia se concentró en la Ría de Aldán, donde se familiarizaron con el proceso extractivo de un marisco tan apreciado como la navaja y la degustaron en el propio puerto junto al patrón mayor de la cofradía. Como no podía ser menos, el paso por Cangas incluyó una visita a los impresionantes paisajes de Cabo Home.

Uno de los municipios con mayor presencia en el programa será el de Bueu, incluyendo a la isla de Ons. Allí se fue todo el equipo para conocer las verdaderas condiciones en las que se extraee el percebe o cómo se captura el pulpo. Para ello tuvieron unos guías excepcionales, como Manolo "O Percebeiro" o Cesáreo "El Abuelo". Uno de los integrantes del programa es Tonino –aquel conocido reportero del Caiga Quien Caiga– y que subió hasta el faro de la isla para entrevistar allí a Áurea, la viuda del antiguo farero y que recordó que ella misma desempeñaba ese trabajo cuando su marido estaba en el mar.

A los actores les impresionó el lugar, la dureza del trabajo del percebeiro y ver la calidad de unos percebes que "no son los que nos tomamos en Madrid", tal como admitieron. Y el encargado de cocinar eses percebes y el pulpo fue Andrés, del Restaurante Estrella. A su regreso a Bueu fueron a la plaza de abastos con Mercedes, de Rosa de los Vientos, para comprar el pulpo con el sello de "Polbo das rías" de la Cofradía de Bueu y se enteraron de que el cefalópodo es el animal con más amor del mundo. "Ten tres corazóns e oito brazos para abrazar", les dijeron. La estancia en Bueu también incluyó otras dos paradas. Una fue una clase de Luis "Tiritas", que enseñó a Imanol Arias a identificar las centollas, y la otra fue una comida en el Restaurante El Pescador. Allí Lolo y Mari les prepararon una raya con unto que les dejó absolutamente sorprendidos.

La estancia y el paso por Marín también les resultó de gran provecho, incluyendo el madrugón para acudir a la lonja a comprar pescado y para ver como descargaban los barcos "Ensenada de Bueu" y "San Cibrán". En la parroquia de San Tomé de Piñeiro conocieron a señora Saladina de Portela, que les mostró de primera mano cómo se "moe" el grano de maíz con el que se obtiene la harina para hacer las empanadas gallegas. En el municipio marinense también se desarrolló otra sección del programa, denominada "Cocina extrema", con la que pudieron degustar la "quixota de Marín" acompañada de espárragos y mejillones.

Una de los momentos "orgásmicos" de la grabación fue la pesca con el ancestral arte de la "rapeta", para lo que contaron con la maestría y el buen saber del marinero Manuel Nores. La experiencia tuvo lugar en la playa de Mogor y después llegó el momento de la fiesta, en la que el equipo pudo disfrutar del sabor de los productos del mar, de las centollas previamente seleccionadas por Luis "Tiritas" y de la música tradicional gallega.

Aunque la mayoría del programa se desarrolló en la comarca de O Morrazo, como ejemplo de la gastronomía de las Rías Baixas, también hubo desplazamientos al otro lado de la Ría de Pontevedra, sobre todo para conocer y paladear sus excelentes vinos.