El Sergas reconocía ayer que una rata había entrado en el centro salud de Cangas y había levantado cierta preocupación. No obstante, insistía en señalar que había sido sólo una y nada más el animal que había osado hacer frente a tanto matasanos y a tanto equipo de alta tecnología, expertos, unos y otros, en manipular a sus primos hermanos: los ratones de laboratorio. La administración, fiel a su manía de contarlo todo, contó una, y si alguien vio más, fue porque la maldita rata se paseó por todo el inmueble. De la puerta de urgencias por la que entró salió a la principal. Claro que había médicos que ayer aseguraban que detectaron la presencia de, al menos, dos roedores.

El Sergas mandó al equipo antiplagas habitual para acabar con las molestas ratas de alcantarilla. Pero el resultado no fue demasiado satisfactorio, o sí, que diría Mariano Rajoy, dependiendo de lo que se entienda por tal. Los expertos no localizaron ninguna rata, ni muerta ni viva, ni tampoco lograron dar con el rastro de sus heces, huella que las delata casi siempre sin necesidad de un equipo sofisticado de CSI. Aún así, se cumplió el protocolo de estas ocasiones. Se pusieron cepos y se tomaron otras medidas más modernas tendentes a ahuyentar a estos animales de unos aposentos que no son los suyos.

Uno de los médicos del centro aseguraba que no había razón para la alarma, que estos animales no podían durar mucho en el centro porque no era un lugar propicio para sus hábitos alimenticios, así que había que tomarlo como un hecho muy puntual que no debía afectar en absoluto al normal funcionamiento del centro.

Todo apunta a que las ratas proceden de una alcantarilla próxima al centro de salud y también de una finca cercana donde se acumula demasiada basura.

Inspección municipal

La alcaldesa de Cangas, Clara Millán, intervino para asegurar que el Concello iba a enviar a un inspector a la zona para determinar con exactitud la procedencia de estos atrevidos roedores. También recordó la normativa municipal que obliga a los propietarios a mantener limpias las fincas de su propiedad. Si la inspección resultara positiva, el Concello otorgaría un plazo de diez días al propietario o propietarios de la finca para que proceda a su limpieza inmediata; de no hacerlo, el Concello de Cangas realizará su limpieza y después pasará el recibo correspondiente.

Las ratas estuvieron ayer presentes en la conversación de los usuarios del centro de salud de Cangas y también del personal sanitario. En las consultas, para romper el hielo entre médico y paciente, esta fórmula era ayer mejor que la de tiempo.

Habrá que pensar que se trataban de ratas despistadas que por algún tipo de intoxicación alimentaria habían dirigido equivocadamente su destino al centro de salud de Cangas.