Los colectivos sociales de Aldán mostraron ayer su preocupación por el estado que presenta la carretera PO-315 a su paso por la parroquia y reclaman una actuación urgente de mejora. Sus quejas se centran especialmente en dos puntos: el deficiente estado del firme en las cercanías de Vilariño y en el entorno de la alameda y la escasa iluminación en el tramo conocido como “recta do Conde”.

La vía es de titularidad de la Consellería de Medio Ambiente, Infraestructuras e Territorio (la antigua Política Territorial) y hace dos años fue “parcheada ou remendada” varios puntos. Sin embargo, su deterioro es evidente en varios puntos, según los mismos colectivos vecinales, y por ello reclaman un pavimentado general.

Nuevos riesgos

Advierten de que la llegada del otoño y de las lluvias puede empeorar todavía más la situación. “Pódense producir socavóns que aleteren a circulación normal”, afirman.

La otra preocupación vecinal se deriva de las malas condiciones de iluminación en el entorno de la finca del Condado de Aldán. Afirman que el crecimiento de los árboles y la gran cantidad de maleza reducen el efecto lumínico del alumbrado público, lo que supone también un riesgo para el tráfico rodado. Por ello, urgen que el Concello de Cangas y la Xunta de Galicia “tomen cartas no asunto” para resolver las deficiencias en esta carretera, que une los municipios de Bueu y Cangas a través de la costa.