El grupo municipal de ACE se levantó de la mesa de coordinación del gobierno tripartito de Cangas tras escuchar que el BNG puso como condición para abrir cualquier proceso de diálogo el fin de la situación de violencia de la que eran objeto los ediles del Bloque. En toda la reunión, que comenzó a las 19.30 y terminó pasadas las 21.00 horas, Mariano Abalo, sólo habló para decir que su grupo se levantaba. ACE pide la dimisión de la alcaldesa Clara Millán, ya que a su entender su negativa al diálogo supone que el BNG gobierne Cangas en situación de fraude electoral, sólo con 5 concejales, "algo próximo ó autoritarismo". ACE tiene la intención de emplazar a la dirección del BNG gallego para demostrar que sigue abierto al diálogo y sin condiciones, como lo demuestra que no exigen la devolución de las competencias de Urbanismo. ACE es consciente de que la dimisión de la alcaldesa y del BNG supondría poner el gobierno de Cangas en manos del PP.

En este intento fallido de reencuentro, Xosé Manuel Pazos, que ejerció de portavoz de ACE, preguntó a qué situaciones de violencia se refería el portavoz nacionalista Xosé Xoán Santamaría, algo que indignó a los concejales del BNG. Pazos considera que fueron acciones puntuales de violencia de la que ACE no se considera responsable, además segura que estas situaciones finalizaron. Santamaría recordó el "secuestro de la alcaldesa" los insultos y las amenazas recibidas, además de lo acontecido en el último pleno, donde hubo heridos. Pazos considera que en estos momentos no hay una persecución hacia el BNG.

Los socialistas tratan de que el tripartito no se desintegre. Por eso, al poco de levantarse ACE de la reunión solicitaron que se diera una oportunidad al diálogo abriendo una mesa en la que participaran personas relacionadas con los grupos políticos que gobiernan, pero ajenas al grupo municipal, con el fin de que no se acuda al encuentro con prejuicios. Pero el BNG no quiere.

El portavoz socialista mostraba su incomodidad y disgusto con lo que aconteció ayer en una reunión que llevaba meses sin celebrarse. Todos eran conscientes de que ayer no se iba a llegar a un acuerdo, pero en ACE había confianza de dar algún paso. Las situaciones de violencia vividas por concejales y por familiares de los mismos aún está muy presente. De ahí que el BNG exija el fin de la violencia, lo que supone también que le hace responsable de ella, algo que admitiría ACE si acepta la condición impuesta por el BNG para que todo vuelva a su sitio.

La petición de dimisión realizada por ACE no lleva aparejada una marcha inmediata del gobierno si ésta no se produce. De nuevo esta formación política se va a reunir en asamblea para examinar la situación creada, que no es muy distinta a la que ya había antes. Pero parece que algunos miembros de la izquierda nacionalista confían en que la dirección del BNG haga cambiar de postura a Millán. El grupo de Abalo quiere abrir todavía más la herida que hay en el seno del BNG a nivel autonómico y en las diferencias que quedaron patentes en Massó.