Unos no están a gusto en el gobierno, pero no se van; y otros no los quieren como socios, pero no los echan. El tripartito de Cangas se sostiene a ritmo de paradoja y de declaraciones envueltas en la contradicción. ACE da por "roto" el pacto firmado con BNG y PSOE, pero no por iniciativa propia, señalan sus concejales, sino porque "xa o fai a alcaldesa desde hai tempo, incumprindo os compromisos". En vista de ello, ha decidido "retirarlle publicamente a confianza e a lealdade" y votar en las juntas de gobierno o en los plenos sin más disciplina de voto que la de respetar su propio programa electoral. Mantendrán esta actitud, afirman, hasta que Clara Millán devuelva a Mariano Abalo las "competencias usurpadas" y se retome la vía del diálogo.

A la regidora canguesa no le parece más que otra "arroutada" del grupo de Abalo, y no ve novedades en el anuncio de ACE. "Leva moitos meses votando o que lle peta. Non hai máis que preguntarlle donde estaba na aprobación do orzamento, ou polas ordenanzas fiscais, ou polas comisións de seguimento do pacto..." Con estos antecedentes, añade, la pérdida de confianza ya se había producido, y reitera su petición de que "se deixen xa de ambigüedades e que se marchen, se teñen dignidade, porque desde logo a Abalo hai tempo que non lle teño confianza algunha; por iso lle quitei todas as competencias e non llas vou a devolver". A pesar de todo, no da el paso de destituirlo como edil, en un comportamiento que otros miembros de la corporación comparan, salvando distancias, con el que mantuvo con el socialista Tomás Abalde, a quien retiró competencias en materia medioambiental que le llevó a autoproclamarse "concelleiro sen concellería".

Modelos dispares

El enfoque del problema como un enfrentamiento personal entre la alcaldesa y el edil no es compartido por el grupo municipal de ACE. Xosé Manuel Pazos y Maruchi Álvarez insisten en que detrás hay dos modelos urbanísticos: el que aboga por un desarrollo sostenible y respetuoso con el medio, por un lado, y el que prima los ingresos dejando las herramientas en manos de los promotores y las entidades financieras. Los posicionamientos ante la construcción del puerto deportivo de Massó es el ejemplo más llamativo. También dos maneras de entender la política: "como diálogo ou como imposición". La alcaldesa, recalcan, ha apostado por esta última a pesar de que el BNG tiene sólo cinco de los 21 concejales de la corporación y el "silencio cómplice" del PSOE, cuyos concejales ya han sufrido antes la "usurpación" de sus funciones. "No goberno somos 12 concelleiros; non unha alcaldesa e once monaguillos".

La restitución de las atribuciones a Abalo juega un papel determinante en el futuro del pacto, que parece más un ejercicio de supervivencia para impedir el regreso del PP, al que desde casi todos los frentes ven como principal beneficiario de las disputas en la izquierda. ACE denuncia también un intento de la máxima mandataria por promover una imagen de "vago e incompetente" del edil de Urbanismo, cuando sus funciones han sido restringidas y no le queda otra opción. Dejan claro que ni Abalo, ni Pazos, ni Álvarez están en el Concello por intereses económicos, ya que tienen ocupaciones profesionales, y proponen una renuncia a las dedicaciones exclusivas, siempre que sea "para todos", incluidas las retribuciones que cobra la alcaldesa y los concejales Óliver Álvarez, del BNG, y Antonia Queimaño, del PSOE.

La oferta no es del agrado de Clara Millán, que considera "lóxico" que Mariano Abalo renuncie a su sueldo porque "non traballa, porque xa non ten competencias", ya que ella asume ahora los cometidos del edil de Urbanismo. "Non temos por que renunciar os que si estamos a traballar, mesmo asumindo as tarefas que antes facía el". La alcaldesa insiste a ACE en que "se deixen de enredos e lle expliquen aos cidadáns por que siguen cobrando sen facer nada. E se non lles gusta o que fai a alcaldesa, que se marchen". De lo contrario, serán "cómplices" de su actuación.

También aclaró que sus críticas van dirigidas a Abalo, y no a sus compañeros de grupo, sobre los que no expresa quejas hacia su trabajo. Recuerda que el único "acoso" que se practica en el Concello es el que ejercen Abalo y sus partidarios en acciones como el "secuestro da alcaldesa e do pleno". Y exige que no haga alusiones, veladas o no, sobre el supuesto enriquecimiento de algunos representantes públicos, bajo la advertencia de "salir trasquilado", y se ofreció para hacer público su patrimonio y el de los ediles del BNG para resolver cualquier duda.