El secuestro del "Alakrana" tiene muchas similitudes con el que se vivió hace año y medio con el "Playa de Bakio". En aquel atunero también había dos vecinos de O Morrazo, el capitán Antonio Rodríguez Lois y el panguero Jesús Pillado. Precisamente, Secundino Dacosta es también uno de los encargados de manejar la panga, una embarcación auxiliar de gran potencia que se sitúa en la popa del barco y que se larga durante el proceso de pesca.

Pillado estaba ayer siguiendo la noticia de la noticia del secuestro a través de los medios de comunicación y lamentaba la mala suerte de sus compañeros de oficio. El suceso se produjo al alba y con las redes en el mar, algo que imposibilitaba cualquier posibilidad de huida. "Es imposible. Son redes muy largas y de un gran calado. Si te cogen así no tienes nada que hacer", explicó a FARO. Ni siquiera se puede plantear la posibilidad de largarlas y dejarlas atrás. "Eso no es tan sencillo. Necesitas una ´rotoflex´ para cortarlas y puedes tardar media hora o más", asegura. Tiempo más que suficiente para que los piratas alcancen el barco y se hagan con el control del mismo. Y eso sin olvidar que mientras se acercan empiezan a disparar para obligar a la tripulación a detener el buque. Ésta es la gran diferencia entre el ataque que sufrió el "Alakrana" hace un mes y el de ayer. En aquel entonces pudo huir gracias al mal tiempo y a que no contaba con el lastre de las redes echadas.

La inestabilidad que se vive en el Océano Índico ha obligado a muchas armadoras a replantearse su continuidad en la zona. Una de ellas es la del propio "Playa de Bakio", tal como ayer explicaba Pillado. "Ya no estamos trabajando allí. Hace meses que doblamos el Cabo de Buena Esperanza y nos dirigimos al Atlántico, para faenar en la zona de Senegal y Angola", cuenta.