El fondo marítimo de A Borneira, en Cangas, conserva la mayor concentración de cañones de toda la costa gallega. La zona atesora un total de 21 piezas, por lo que el hallazgo es ocho veces mayor a cualquier otro que se haya realizado hasta el momento en Galicia.

Los buzos de la empresa arqueológica Argos, a quienes la Xunta encargó el estudio del fondo de A Borneira, han encontrado 18 cañones de hierro a 9 metros de profundidad. Todo apunta a que este conjunto pertenece a la fragata francesa "Herminie", sobre la que existe documentación datada en 1762 que autoriza el rescate de la artillería de este navío francés hundido en la zona con anterioridad. Sin embargo, para el arqueólogo subacuático David Santos certificar la relación entre el hallazgo y el "Herminie" es todavía "muy aventurada". El buzo de Argos, considera que la clave radica en encontrar el casco de la fragata, algo que de momento descartan, ya que casi todo el fondo es rocoso. La esperanza estaría en una zona que posee una gruesa capa de arena en la que podría encontrarse un nuevo pecio.

Según el texto recogido en el libro Naufraxios no mar de Vigo, del Instituto de Chapela, el "Herminie" poseía 36 cañones. En el hallazgo de Cangas se han encontrado 18 que podrían pertenecer a esta fragata. Las piezas encontradas están fusionadas con las rocas debido al proceso de oxidación, son de hierro, miden unos dos metros y medio de largo y pesan en torno a una tonelada cada una. La degradación del material complica una posible extracción y, en cualquier caso, David Santos explica que al ser cañones de hierro tendrían poco interés para extraer información científica de ellos. Por este motivo, la propuesta del arqueólogo es que la zona se habilite con paneles informativos para ser visitada "in situ" por los buzos y sostiene que A Borneira tiene un gran potencial arqueológico. "Si los cañones fueran de bronce habría un alto riesgo de espolio y obligaría a rescatarlos a la superficie, pero éste no es el caso", señala Santos.

Los buzos han localizado otros tres cañones más alejados, situados a 150 metros de los primeros, por lo que los expertos de Argos no establecen una relación entre las piezas. "El peso de estos materiales complica mucho un desplazamiento de esta magnitud", señala David Santos.