Por orden judicial, la Policía Local de Cangas “detuvo” ayer a un loro que se había colado en el despacho de la titular del juzgado número 1 de Cangas.

Ya se habían cerrado prácticamente las instalaciones judiciales de Cangas cuando saltó la alarma. Un loro se había colado en el despacho de la juez de forma sorprendente. Nadie sabía como el pájaro había logrado burlar las fuertes medidas de seguridad que hay en el edificio de los juzgados y colarse de esa manera, tan imprudente, en el despacho de una jueza. La Policía Local fue llamada para atrapar al burlesco pájaro. Lo consiguió sin demasiados apuros, aunque el loro conocía extrañas estrategias de guerra de guerrillas. Se supone que las aprendió allí en medio de la selva amazónica. Pero lo cierto es que no le valieron de mucho y que claudicó pronto.

Aún se investiga la procedencia del animal. De momento, nadie lo reclamó. Un miembro de la Policía Local lo tiene en depósito en su casa, donde le da de comer y acrecienta su ego, un poco derrotado por su corta aventura por O Morrazo. Permanece en una jaula similar, casi seguro, a la que escapó para vivir esos momentos de libertad, no muy duradera, por lo que parece. Pero fuere como fuere, el pájaro tuvo su momento de gloria. Mantuvo en jaque a todo un juzgado y a la policía. Mal lugar escogió el loro para hacer escala en su travesía aérea, seguro que fugado de algún internado, también, con rejas.

La Policía Local puso al loro in situ a disposición de la juez, que decretó su internamiento provisional en una casa de buena reputación para el cuidado de los animales, donde no le ha de faltar de nada mientras no lo reclame. Por cierto, de momento, nadie se acercó a la Policía Local a preguntar por el pájaro.

Y menos mal que a nadie se le dio por avisar a los bomberos, que son los que acostumbran a sacar a los animales de los sitios más insospechados donde se meten. Habrá que buscarle un nombre al pájaro si nadie lo reclama. Se baraja el nombre de sospechoso.

Esperemos que alguien diga que es su dueño y que no ocurra como aquel burro que apareció suelto en una carretera de Cangas y la Policía Local tuvo que hacerse cargo de él para evitar que se produjeran accidentes.