Es moañesa de nacimiento, sin embargo Olga García lleva 20 años viajando por el mundo, nutriéndose y aprendiendo de todo lo que se ha ido encontrando y sobre todo, perfeccionando su arte: la fotografía. Ahora, ha decidido hacer un parón en su apretada agenda y quedarse “lo máximo posible” en la comarca, entre otras cosas, para mostrar “parte” de lo que ha estado haciendo. Una muestra de ello se puede ver en la exposición inaugurada ayer en la Casa da Mocidade de Moaña, para la joven ha reunido 14 instantáneas con el título “O eco dunha relixión”.

Se trata del resultado de una “gran experiencia” vivida por la joven en Brasil. Fue invitada a la celebración del Umbanda, un rito que funciona como fusión entre el cristianismo y el camdomblé, la religión asociada a los esclavos afrobrasileiros. Según explica García el rito comienza con la reunión de las mujeres a primera hora, que se visten y se acicalan para llevar a cabo los rituales. Luego se incorporan los hombres y tiene lugar el acto central, en el que acompañados por la música de los bongos, todos llegan al trance, el momento álgido de la ceremonia. Para finalizar, se ofrece comida a la población de Ilheus, en la ciudad de Bahía. Todo esto durante una sola noche.

Las 14 fotografías de la muestra recogen paso a paso cada movimiento, no de forma explícita, sino que cada instantánea cuanta una historia. De cómo se convierten en “mae santo”, cómo invocan a sus espíritus y como llegan al trance y salen de él. En palabras de la fotógrafa, “recoge la riqueza simbólica de la ceremonia”.

Sin embargo, Olga García no se dedica profesionalmente al reportaje, su trabajo, colaborando con varias revistas entre Barcelona y Galicia, está más relacionado con el mundo de la moda y publicidad, aunque se considera amante de “toda fotografía”, excluyendo los interiores. Ha venido por un tiempo, pero se quedará una larga temporada en su tierra, Moaña.