Los centros escolares María Soliño y Monte Carrasco, así como el centro de atención a discapacitados Juan XXIII pueden, al fin, prescindir de sus pozos propios y suministrarse con agua procedente de la traída municipal, después de realizarse las obras que dotan de suficiente presión al sistema, que se ejecutaron con una ayuda próxima a los 50.000 euros concedida por la Consellería de Medio Rural. La falta de presión en esa zona, debido a la altitud a la que se encuentra, mantuvo durante un cuarto de siglo una situación anómala, y obligaba a mantener activo un control higiénico-sanitario y de cloración que garantizara la salubridad del agua de consumo, así como restricciones en el suministro.

De los tres centros, sólo el María Soliño contaba con conexión a la red general, pero con presión insuficiente, por lo que era necesario embalsar el agua en los depósitos propios e impulsarla luego con un mecanismo de presión que permitía ofrecer el servicio en unas condiciones mínimas. La alcaldesa de Cangas, Clara Millán, y el concejal de Obras, Héctor Otero, visitarán estos centros la próxima semana para comprobar los resultados. También tienen previsto acudir al entorno de San Roque, donde existía un problema similar que quedó solucionado tras las recientes obras, también financiadas con aportaciones de la Xunta.

Además de mejorar el servicio en los tres centros educativos, el nuevo sistema permitirá abastecer de forma independiente al campo de fútbol de Montecarrasco, que hasta ahora dispone de una conexión desde el colegio anexo. El Concello dotará a las instalaciones deportivas de un doble contador que permita desvincularlos y computar el consumo para el riego del terreno y el uso en los vestuarios.

El abastecimiento a través de pozos se convirtió en la alternativa de suministro desde la construcción de los centros, debido a la falta de presión, que también afecta al colegio de Cela, en Bueu.