Un vecino de Cangas que responde a las iniciales J.M.R. y de 25 años de edad fue detenido el martes a las 14,30 horas por la Guardia Civil acusado de pegar a su mujer embarazada.

Las fuerzas del orden intervinieron como consecuencia del aviso que les trasladó el Centro de Salud de Cangas. A las preguntas de los profesionales médicos, la mujer admitió haber sido pegada por su esposo. La joven presentaba fuertes hematomas en la cara, síntomas inequívocos de haber sido golpeada. El detenido fue presentado ayer ante el juez de Cangas, que decidió poner en marcha medidas cautelares. Se decretó una orden de alejamiento y el acusado quedó en libertad con la obligación de personarse cada 15 días en el cuartel de la Guardia Civil.

Según fuentes judiciales, el embarazo de la mujer no corre peligro.

También ayer, la Guardia Civil tuvo que intervenir para detener a un hombre que había quebrantado la orden de alejamiento. No obstante, se comprobó un poco más tarde que la citada orden ya había caducado.

En estos momentos, la Guardia Civil de Cangas atiende 70 órdenes de alejamiento y dedica dos agentes a estos menesteres, algo que no es suficiente a todas luces, pero los recursos humanos actuales son insuficientes para dedicar más agentes a esta tarea. Hay que contar también que no sólo tienen que estar pendientes de estas órdenes de alejamiento a lo largo y ancho de todo el municipio de Cangas, sino que se producen también detenciones por violencia de género y también quebrantamiento de las órdenes, con lo que todo eso supone ademas de presencia de los guardias civiles en los juzgados.

El subdelegado del Gobierno, Delfín Fernández, Local había avalado la iniciativa de la concejala de Seguridade de Cangas, María José Vilas, de que la Policía Local ayudara en estas tareas. Claro que para que esto pueda suceder, los agentes municipales tienen que contar con armas, de lo contrario no se les puede encomendar la citada tarea.

La concejala María José Vilas trabaja en la formación de un equipo específico de la Policía que se dedique a vigilar que se cumplen las órdenes de alejamiento dictadas.