La movilización de recursos en O_Morrazo vinculados al desarrollo del plan sectorial de vivienda protegida que promueve la Xunta superará los 120 millones de euros en los próximos cinco años, y generará una carga de trabajo de cerca de 3.000 empleos, algo más de tres por cada vivienda que se construya en ese período. Son dos previsiones que apuntó ayer Xavier Rivas Barros, arquitecto urbanista y asesor del Instituto Galego da Vivenda e Solo (IGVS), durante la jornada sobre vivienda protegida organizada por la Asociación de Promotores y Constructores (Aproeco)_de Cangas.

Los datos aportados por Rivas derivan de las estimaciones de construcción de 890 viviendas protegidas en la comarca ligadas al plan de la Xunta en un lustro. Éstas se repartirán entre Cangas -414 en 107.000 metros cuadrados en Campo de Aldea, en Coiro, con una inversión prevista de 14 millones de euros para comprar el suelo y urbanizarlo_-, Moaña -276 viviendas en el polígono de 70.000 metros denominado Ribeira, próximo a A Xunqueira, con una inversión autonómica de nueve millones de euros- y Bueu -donde se reservan 6,5 hectáreas en la zona de As Lagoas-Pedreira para levantar 200 viviendas protegidas tras la puesta a disposición de los terrenos por la consellería.

Más demanda que oferta

Los técnicos del IGVS creen que esta oferta de vivienda protegida contribuirá a paliar la fuerte demanda existente, pero no a cubrirla en su totalidad, ya que sólo podrá atender dos de cada cinco solicitudes realizadas. En el registro de demandantes de la Consellería de Vivenda ___-donde deben inscribirse, obligatoriamente, tanto los ofertantes como los demandantes de vivienda protegida_- figuraban, a día de ayer, 2.145 demandantes de O Morrazo, repartidos geográficamente de forma desigual: 1.113 corresponden a Cangas; 827, a Moaña; y 205, a Bueu. A tenor de estos datos, sólo la villa buenense tendría prácticamente cubierta la demanda de vivienda protegida con la ejecución del plan sectorial de la Xunta, mientras que Moaña y Cangas apenas lograrán cubrir un tercio de la demanda (276 frente a las 827 reclamadas en el caso moañés y 414 frente a 1113 en el cangués).

Xavier Rivas explicó que no toda la demanda ni las necesidades quedarán cubiertas a través de esta figura autonómica, y que el objetivo del plan sectorial es calificar suelo, en cooperación con los concellos, y ofertarlo para que la iniciativa privada levante las viviendas conforme a unos criterios de viabilidad económica, pero también de integración, sostenibilidad, dotación de servicios y mejora de la calidad urbana, entre otros. La demora de muchos municipios en la tramitación de sus planes urbanísticos "obliga" a la Xunta a actuar con un plan de incidencia supramunicipal.

Terrenos por solares

A las jornadas organizadas por Aproeco, que preside Luis Guimeráns, asistieron promotores, constructores, técnicos y políticos _-entre ellos el concejal de Urbanismo, Mariano Abalo, y el de Obras e Servizos, Héctor Otero_- y también propietarios de terrenos afectados, que en los últimos días han presentado alegaciones a los criterios del Plan. Rivas apuntó que la Xunta apuesta por la vía del mutuo acuerdo para hacerse con el suelo privado a un coste viable, ya sea a través del pago en especie o a través de permutas de terreno por solares con unas condiciones determinadas que impedirían su uso especulativo en el mercado. Pero, "en caso necesario, a consellería está lexitimada para acudir á vía da expropiación". Los criterios para evitar esta última medida deben basarse en un "reparto proporcionado e equilibrado" entre las partes que permita a la administración autonómica recuperar el dinero invertido en la compra y urbanización del suelo, y a sus dueños, cambiar los terrenos por solares.

Más pisos, ¿para quién?

La justificación de la necesidad de elaborar un plan para construir viviendas protegidas con la intención de atender a la supuesta demanda urgente de la población y el derecho constitucional a disponer de ella que les asiste fue otra de las claves del debate de ayer. Los técnicos apuntaron datos sobre el estancamiento poblacional en Galicia, pero también del incremento del "número de hogares" _-eso sí, con menos miembros que los tradicionales- en torno a un 25% en los últimos 15 años; de la llegada de inmigrantes y del "espectacular" incremento de viviendas no principales, fruto, a todas luces, del proceso especulativo que se vivió en los últimos años, que duplicó y hasta triplicó el precio de las construcciones y favorecido por una rentabilidad muy por encima de los tipos de interés.

Una de las consecuencias de esa dinámica es que el esfuerzo de las familias para poder acceder a una casa también se duplicó, del 20% al 40%, y, la promoción de vivienda protegida es una de las medidas para afrontarla.