Mientras las ofertas realizadas desde los púlpitos fracasaron, en Coiro sí cundió el ejemplo. Hace cuatro años que en una finca de dos hectáreas hay una plantación de kiwis. El párroco Benito de la Iglesia es reacio a hablar de ella. Asegura que la Iglesia en esta parroquia no tiene fincas arrendadas. Y no miente el sacerdote cuando lo dice. La verdad es que todo es fruto de un acuerdo, por el que la Iglesia no recibe ni un sólo céntimo de euro, al menos eso dicen las partes. Señala Manuel Parcero, que explota la finca, que la plantación es posible gracias a la buena relación que mantiene con el párroco. Recuerda que Benito de la Iglesia estaba preocupado por el estado de abandono de la citada finca y por las quejas que recibía, pero que tenía y tiene el atractivo de tener tres piscinas naturales de agua que tuvieron que ser acondicionados, dado su grado de deterioro.

Manifiesta Manuel Parcero que la inversión, al principio, fue grande para poner en marcha la explotación que hoy ofrece 12.000 kilos de producción. Asegura que el rendimiento económico que hoy en día le saca a la finca es escaso, pero cierto que en su momento pensó que sería un buen negocio. "Acondicionarla costó mucho, hubo que alquilar tractores. Ahora los gastos están en la poda, que cuesta 150 euros al día." , apunta Manuel Parcero, dueño de un almacén de frutas en una calle céntrica de la villa de Cangas.

Benito de la Iglesia asegura que la parroquia que regenta tiene unas propiedades que lindan con la autovía y que se vieron muy afectadas por el paso del llamado Corredor de O Morrazo. Afirma que él no se ocupa de los arriendos y que para cuestiones de esta índole hay que hablar con el Marquesado de Ribadumia y la Diócesis de Santiago de Compostela, que es a quien pertenecen las propiedades.

El Arzobispado de Santiago de Compostela no ofreció datos de sus propiedades en Cangas, pese a habérselo solicitado durante largo tiempo.

Si es significativo que recientemente, como comenta el parróco de O Hío, se comenzara a mover para realizar un inventario de sus propiedades en la comarca. El propio párroco de O Hío desconoce la situación de muchas de las propiedades, aunque precisa que son muy pequeñas. Aquí, en Cangas, no hay situaciones heredadas en las que haya que pagar al Obispado de Santiago en especie.