Al final, el grupo municipal socialista de Cangas se quedó a las puertas de asistir a la reunión de gobierno de los martes a la que no acude desde el mes de agosto. Oficialmente, los concejales socialistas se disculparon aduciendo cuestiones de agenda, que hacían imposible su anunciado regreso al seno del tripartito. Pero hay otras razones. En el grupo socialista aún escuecen las heridas y ayer se consideraba demasiado pronto para asistir a la tan esperada reunión. La reunión socialista donde se debatió si había que volver de nuevo al redil del gobierno apostó mayoritariamente por mantener el ya famoso cese temporal de convivencia. Eso sí, hay orden de ir rebajando la tensión. Pero la edil de Seguridad María José Vilas ve lejos una conciliación total. Insiste en que tampoco Clara Millán da los pasos adecuados para que sé de el encuentro. De hecho, María José Vilas se queja de la intromisión continuada en su departamento.

A los socios de gobierno del PSOE, BNG y ACE no sorprendió la nueva ausencia. Pero desde esta parte tampoco se opta por el silencio. Pero lo cierto es que hay cosas que por parte de los socios tampoco se olvidan. Así que el encuentro y el debate interno no parece ser la solución a la crisis de gobierno. Se abrieron demasiadas heridas y algunas de ellas no van a cicatrizar jamás. Así que habrá que esperar otro tipo de soluciones si se quiere mantener el tripartito al menos hasta que lleguen las elecciones autonómicas, que es ahora en lo que más piensan BNG y PSOE.

Mientras, la recesión aumenta las tensiones entre la concejalías. El PSOE insiste en que tiene que hacer frente a numerosas facturas de vital importancia; mientras que otras concejalías menos estratégicas tienen todas sus cuentas saldadas

Pero no hay que descartar que haya movimientos hoy en la habitual junta de gobierno de los miércoles, donde, además de los asuntos que figuran dentro del orden del día, también se debaten otros. De hecho, fue en esta parte final de la sesión de gobierno en la que la concejala de Seguridad, María José Vilas, quiso intervenir para pedir explicaciones por la decisión de no cubrir tres plazas de la Policía Local y, según su versión, no fue atendida.

Mientras, el BNG logra en ACE una complicidad que al principio de mandato se hacía casi imposible. El entendimiento ahora es mayor que antes, aunque sus relaciones deben pasar la dura prueba del Plan Xeral de Ordenación Urbana, donde los intereses en temas cruciales son bastante contrapuestos.

No hay que olvidar que todos los concejales son de área, pero no delegados, ya que carecen oficialmente de competencias.