Sin avances en la aprobación de los nuevos estatutos ni fecha para celebrar la asamblea que debe elegir la directiva que ponga fin a la actual situación de provisionalidad. La asamblea extraordinaria de socios del Club Náutico Rodeira quedó ayer abortada a media sesión tras producirse incidentes entre socios, muchos de ellos agrupados en torno a las dos corrientes visibles, las que encabezan el presidente, Guillermo Cordeiro, y su principal opositor, Orlando Fernández Barreiro. La Guardia Civil hizo acto de presencia para evitar incidentes más graves, aunque los agentes abandonaron la sala pocos minutos después, al igual que una parte de los socios, entre ellos el propio Cordeiro. Los 36 que permanecieron en la sala constituyeron una comisión que pedirá reunirse urgentemente con la alcaldesa para que medie en el conflicto y abra el camino para convocar unas elecciones "o máis xustas posibles" que normalicen definitivamente el club.

Las discrepancias se manifestaron desde el inicio de la sesión. En el primer punto del orden del día figuraba la "ilegalidad" de la propia asamblea, según entendía Cordeiro, que la consideraba improcedente, explicó, según los criterios de sus abogados. El grupo discrepante consideraba que sí lo era y aludieron a informes técnicos que así lo aseguran. Finalmente se produjo una votación, en medio de la discusión, en la que no quedó claro el resultado, aunque varias personas consultadas señalaron que la versión de Cordeiro logró más adeptos, aunque de forma muy ajustada.

Pero las discrepancias no terminaron ahí. El segundo punto, que proponía la aprobación de nuevos estatutos, se consideró improcedente por una parte de los socios, que explicaron que se trataba de una asamblea extraordinaria solicitada por una parte representativa y en la que sólo deberían figurar la elección de una gestora y fijar un calendario electoral que finalice con la elección de una nueva directiva. A juicio suyo, ni los estatutos ni las actas que no fueron aprobadas en la última asamblea deberían incluirse. Aún así, se sometió a votación, y los nuevos estatutos fueron rechazados por 30 votos contra 27, según explicaron, pasadas las 11 de la noche, las personas que permanecieron hasta el final.

También salió a relucir la situación financiera y la judicialización del club, con opiniones discrepantes, lo agudizó las diferencias y mermó a poco más de la mitad el número inicial de asistentes, que fueron 57.