Los vecinos de Moaña que el jueves se encerraron con cadenas en el concello, en donde pasaron la noche, dentro de los actos de protesta contra el nuevo catastro que se realizan desde hace una semana liderados por el PP y la Plataforma de afectados, abandonaron a las 10.30 horas de ayer el ayuntamiento. De los 13 vecinos que iniciaron el encierro, finalmente pasaron la noche, ocho. Los manifestantes abandonaron el concello después de que el alcalde, el nacionalista Xosé MAnuel Millán, les trasladara por escrito el acuerdo de la junta de portavoces convocando para el lunes, a las ocho de la tarde, en el pabellón de Reibón el pleno extraordinario solicitado por el PP para anular este catastro y en el que se pedía hacerlo en un pabellón con cabida para todos los vecinos.

El alcalde ya se había comprometido el jueves con los encerrados a celebrar este pleno en un pabellón y sólo faltaba reunir la junta de portavoces para concretar la fecha y hora. Los vecinos querían que dicha junta se celebrara el mismo jueves pero Millán no accedió y la convocó para ayer, de ahí que mantuvieran el encierro.

La junta estaba prevista para las nueve de la mañana, pero pasadas las doce de la noche del día anterior, el alcalde telefoneó a los portavoces y les convocó una hora antes, a las ocho horas. Todos los portavoces de los grupos -BNG, PSOE, InMo y PP- acudieron a la hora prevista, aunque el líder de los populares, José Fervenza decidió abandonar la junta porque el alcalde se negaba a abrir las puertas del concello para dejar entrar a una decena de personas que estaba concentrada en el exterior del ayuntamiento. Fervenza asegura que pidió al alcalde que dejara entrar a esa gente, que no se iba a sentar en la junta teniéndola fuera, y ante la negativa dice que se fue a su despacho dentro del concello. A los tres minutos, le trasladaron el acuerdo de la junta con la convocatoria del pleno, al igual que a los vecinos encerrados, que no se mostraron satisfechos con el acuerdo porque querían que el pleno se celebrara el jueves o el viernes y mantuvieron el encierro hasta las 10.30 horas. Fervenza, que se mostró preocupado "por la hostilidad del alcalde hacia estos vecinos" asegura que les animó a que se fueran porque, al menos, se había logrado celebrar el pleno en el pabellón "y sin esta presión no se hubiera conseguido".

Los vecinos abandonaron el encierro no sin antes elaborar un manifiesto y en medio de escenas de emoción por parte de los que acudieron a acompañarles. Uno de ellos incluso sufrió un desvanecimiento y tuvo que ser atendido por el servicio de urgencias del centro de salud.

El alcalde, por su parte, asegura que el Concello no estuvo cerrado ayer, que se abrió con normalidad a la gente que acudió a trabajar y a los vecinos que fueron a realizar alguna gestión. Lo que no se hizo fue dejar entrar "a los que querían acompañar a la gente amarrada. A Fervenza le pedí que no habría problema en dejar pasar a los 6-8 que había en ese momento concentrados, y que después fueron 10-15, si garantizaba que los que estaban encerrados y sus acompañantes levantaban la acción de protesta. Dijo que no, y en esas condiciones no podían pasar".

Millán asegura que a las 8.45 horas les entregó la convocatoria de pleno "y no les gustó, pero es una convocatoria que responde a lo que pedían. Después lo debieron pensar mejor y se fueron". Respecto al pleno, señala que no es pitoniso para predecir lo que va a pasar, aunque tiene claro que la petición de anular el catastro la tiene que realizar el PP ante el Parlamento español "porque la iniciativa de la ponencia depende del del Ministerio de Economía".

En el manifiesto con el que los vecinos abandonaron el encierro, agradecen el buen trato y respeto con los que actuó la Policía Local, y el apoyo de los que están a las puertas del concello, explican que cesan el encierro porque se consiguió el objetivo de celebrar el pleno en el pabellón de Reibón, pero que ayer por la tarde volvía a haber concentración delante del concello. Así, unos 200 vecinos, según la Policía y 400 según los convocantes. volvieron a hacerlo, como desde el lunes, en la plaza del concello, aunque sin parar el tráfico en los pasos de peatones.

Luis, uno de los manifestantes asegura que está allí a diario "porque nos quieren meter un catastro que nadie aceptamos. Es inadmisible. Entre nosotros hay votantes del PP, pero también del BNG y del PSOE". Más alterado se muestra otro vecino cuando se le pregunta por qué está en la protesta: "¡Fui a Holanda a buscar lo que tengo y ahora estos me quieren robar! ¡Los mismos que fueron a pedrear a la Guardia Civil y ahora la llaman!". María, otra manifestante, se quejaba de que allí no estuvieran los 18.500 vecinos de Moaña y decía que lo que iban a pagar de contribución por las casas "es fuera de serie. Y estaremos así hasta el año 2017. ¡Qué hagan el pleno y nos expliquen!".

Los vecinos pararán las protestas este fin de semana. Fervenza asegura que será un fin de semana para "relajarse y preparar la documentación para el pleno", que, dice, puede reunir a un millar de vecinos.