Desesperación es la palabra que mejor define el estado de ánimo actual del matrimonio compuesto por Vanessa Pousada Méndez y Noel Rodríguez Jiménez. La pareja tiene tres hijos de 11, 7 y 4 años llamados Angie, Gorka y Sofía, con los que tendrán que abandonar en unos diez días su vivienda alquilada en la calle B de Lalín después de que el casero les diera un ultimátum tras acumular ocho meses sin poder pagar el arrendamiento. "Estamos cada día peor porque no sabemos ya por donde salir", asegura Vanessa Pousada. Noel trabajaba de carnicero en el Carrefour pero fue despedido estando de baja durante el estado de alarma. Ayer mismo echaba una mano a O Mencer mientras su mujer explica que "cuando lo despidieron quedó con una mutua que nadie entiende, ni la Seguridad Social porque un mes no le pagó y otro recibió poco más de 300 euros. Lo cierto es que nunca sabemos cuánto va a ser lo que nos dan desde la mutua, ni tampoco si vamos a seguir cobrando algo o no. Esto hizo que las ayudas se nos denegaran porque, según ellos, cobramos más cantidad de la que en realidad recibimos. El tema es que no se aclaran con el asunto y, mientras tanto, no hay manera de hacer nada".

Vanessa Pousada añade que "este fin de semana se nos rompió la caldera en el piso. El casero primero nos quiso echar la culpa porque como llevamos sin poder pagar los 300 euros del alquiler desde hace ocho meses, no se quiere hacer cargo de la reparación. Y ayer (por el domingo) vino aquí gritando como un loco diciéndonos que a fin de mes le pagamos todo o que nos vayamos porque nos quita las llaves del piso. Así que, tenemos diez días para dejar la casa con nuestros tres hijos". Vanessa asegura que ya han pedido al Concello "la ayuda de inclusión y la tarjeta que te dan para comida para el mes y todo nos fue denegado. Falta que nos contesten lo del ingreso mínimo vital, pero está en estudio desde junio y no sabemos". La joven lalinense insiste en que " según el Concello, la mutua dice que cobramos desde el mes de agosto más de 800 euros y nosotros le dijimos que eso es lo que cobra mi marido en total en cuatro meses". El matrimonio lamenta que las administraciones "ofrecen pero nunca dan nada" en una situación tan al límite.

Libros, ropa y comida

Los tres hijos del matrimonio están estudiando en el Colegio Xesús Golmar de la capital dezana. Su madre quiere agradecer la ayuda que están recibiendo tanto de la familia como de colectivos como O Mencer o el propio Desván Municipal de Lalín. "La familia nos dio los libros para los críos porque no tenía ni para eso este curso y nos compraron algo de ropa. También tengo que decir que nos echan una mano desde O Mencer y el Desván Municipal de Lalín. La comida sólo nos la da O Mencer pero para poder alimentar a toda la familia nos ayudan también amigos y vecinos porque sería imposible", se lamenta una Vanessa Pousada que incluso indica que "no tenemos ni agua caliente porque si cortamos el agua la caldera pierde".

En el caso de que finalmente se cumplan los peores augurios y tengan que dejar el piso a final de mes, Vanessa explica que tampoco tienen muchos sitios a donde ir. "Como mucho con mis padres, en Filgueira, pero de aquella manera porque somos cinco, y allí ya viven otros cinco más. Seríamos diez en el único sitio a donde podríamos ir todos pero tampoco tengo ni donde meter las cosas que tenemos en casa. Por si esto fuera poco, mi suegro falleció hace años y mi suegra ni siquiera se habla con su hijo". Así las cosas, Vanessa, Noel y sus tres vástagos necesitan solucionar en un tiempo récord su situación si no quieren que la llegada del invierno les sorprenda sin un techo bajo el que cobijarse. Lo cierto es que el cansancio está pudiendo con esta pareja que ha visto como poco a poco se le han ido cerrando puertas conforme empeoraba todo. "¿Qué más podemos hacer? No sabemos a dónde acudir más después de todo lo que hemos hecho para intentar solucionar este tema", clama Vanessa Pousada. La familia está pendiente estos días de que se le realice una PCR a una de sus hijas para saber su situación epidemiológica. Todos en casa esperan que resulte negativa en vista del negro panorama que se avecina.