"No quiero culpar a nadie, ni mucho menos. Pero lo que no quiero es que lo que le pasó a mi hijo le vuelva a pasar a otro niño", declara Llúbica Noelia Sardi Olivares, la madre del alumno de tres años del colegio de Vilatuxe que sufre quemaduras en un ojo después de que un compañero le echara gel hidroalcohólico. Padece una úlcera de córnea con desprendimiento de membrana que le causa mucho dolor, por lo que está prácticamente sedado en el hospital de Santiago en donde fue ingresado el viernes, después del accidente escolar, y en donde este martes será sometido a una intervención quirúrgica, tal como adelantó FARO en su edición del pasado sábado.

Aunque habrá que aguardar al resultado de la operación, su madre confía en que no le queden secuelas. De lo contrario, valorarían la posibilidad de adoptar algún tipo de medida, pero "no quiero ni pensarlo", apostilla Noelia Sardi, que se ha pasado el fin de semana a la vera de la cama de su bebé. "Es un niño tan pequeño que no lo podemos dejar solo ni un momento", comenta a esta Redacción durante el respiro que le ofrece el sueño recién conciliado del paciente. "Le ponen gotas y medicamento por vía intravenosa que lo duerme, y esto es cada tres horas -relata-. Es un sufrimiento para él, que tiene muchísimo dolor cuando está consciente, y para mí, que me parte el alma".

La progenitora insiste en que no busca culpables y solo tiene buenas palabras para el CEIP Vicente Arias de la Maza. "El colegio de Vilatuxe me gusta mucho y su directora también, estoy encantada con todos, la verdad", subraya Sardi. No en vano, ha elegido Vilatuxe pese a tener su domicilio en Agruchave, en la también lalinense parroquia de Donramiro.

Igual que había hecho la dirección del centro, la Consellería de Educación atribuye lo sucedido a un "desafortunado accidente". Y su servicio de inspección ratifica que "se siguieron las pautas preceptivas para este tipo de casos". Se da la circunstancia de que en este colegio no se solicita a los niños que lleven su propio gel.

Prohibición

El desinfectante sí que viaja en las mochilas de muchos escolares, pues la mayoría de los centros lo dejan a la elección de las familias e incluso lo recomendaban a principio de curso. Sin embargo, sucesos como este ponen de manifiesto los peligros que puede acarrear la solución hidroalcohólica en manos de menores. Por eso, colegios como el de A Bandeira remitieron ayer circulares a las familias para que "no le manden a los niños botes individuales, ya que se encontrarían fuera de nuestro control".