Representantes de los vecinos de Forcarei y Cerdedo-Cotobade, así como de Avión, Beariz y A Lama, junto a la Plataforma SOS Suído Seixo-Mina Alberta Non realizan hoy viernes en la casa consistorial de A Lama (10.30 horas) el acto de entrega de alegaciones contra el proyecto de explotación minera Alberta I. Este proyecto extraerá litio, estaño y tántalo en los concellos ourensanos de Beariz y Avión, pero en ampliaciones sucesivas podría extenderse a los tres pontevedreses mencionados. Los alegantes explican que la mina en superficie va a afectar directamente a 69.000 m2, en los que está previsto realizar las instalaciones de tratamiento del mineral, porque el resto será trabajo subterráneo. Pero añaden que al mismo tiempo la empresa Recursos Minerales de Galicia SA (RMG) solicita la concesión de la explotación Alberta 1, en un terreno que abarca desde Presqueiras (Forcarei), al norte, hasta Rubillón/Taboazas (Avión), al sur, para después continuar la explotación toda la concesión Esto supone "un fraccionamiento de proyectos a lo largo de 12 kilómetros, con lo que se aproxima mucho a la Red Natura Serra do Cando", explican.

La plataforma y los vecinos conminan a la Xunta que exija a la empresa una Evaluación de Impacto Ambiental Ordinaria y detectan, como días atrás hizo el BNG, irregularidades en la tramitación del permiso de concesión, donde la Dirección Xeral de Calidade Ambiental considera que no es precisa dicha evaluación ambiental. Los alegantes echan en alta también que no se haya pedido ningún informe al Instituto Geológico y Minero de España para un permiso que, si finalmente se concede, permitirá la explotación de casi 1.700 hectáreas (60 cédulas mineras). Sí hay un informe, pero de 2014, en el que se alerta de la posibilidad de formación de aguas ácidas. En esta cuestión, los afectados contradicen un informe de un funcionario y apuntan que el achique de aguas en estas minas supone un potencial de generación de aguas ácidas y que resulta "falaz" devolver aguas limpias a un cauce, si la explotación está a 300 metros de profundidad.

El problema radica en que si se permite este fraccionamiento artificial de la explotación en distintas fases, en un futuro es posible que "se lleve a cabo la explotación de minas a cielo abierto, sin concretar su número ni sus dimensiones", apuntan desde la plataforma.

La entidad y los vecinos también echan en falta que el proyecto no evalúa la probable liberación de minerales radioactivos como el cesio y el rubidio, que sí están presentes en la zona según las investigaciones de Solid Mines en 2014. Tampoco se abordar el riesgo de hundimiento de un terreno muy cercano a los núcleos de Doade y Acevedo. Este último está a menos de 300 metros de la futura explotación.