La sentencia del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) que avala la legalidad de la ampliación del cementerio de A Estrada en Figueiroa de Abaixo así como y la utilización de sus nichos para la realización de enterramientos -al desestimar el recurso de una familia contra otro fallo judicial de 2019 que ratificaba la legalidad de la licencia de obra, la regularización del viejo camposanto y la licencia de primera ocupación- motivará que la parroquia de San Paio reactive en los próximos meses sus planes de mejora de la accesibilidad de la zona de ampliación del cementerio y de construcción de nuevos panteones si existe demanda.

Así lo confirmó ayer el párroco de San Paio de A Estrada, José Antonio Ortigueira, admitiendo que, tras la sentencia, la parroquia se plantea "impulsar una nueva fase de actuación". Su intención es acometer, "en función de las solicitudes" que se registren en el nuevo plazo de solicitud de panteones que se abrirá en octubre, una nueva fase de construcción de los panteones contemplados en el proyecto de ampliación. La idea es ir acometiendo, "en función de las solicitudes que se registren", una nueva fase del proyecto de ampliación licenciado y avalado por la Justicia de modo que se vaya "avanzando en cierto modo en la urbanización de la propia parcela". Se pretende así, ir mejorando "la accesibilidad por la parte ampliada" mediante "el acondicionamiento de viales". Asimismo, también se plantea la creación de una treintena de plazas de aparcamiento por la parte superior del ámbito de ampliación del camposanto. Dicho parking se emplazaría, aproximadamente, detrás del edificio de la mueblería de García Lorenzo.

Disponer de este aparcamiento y de un acceso por este ámbito mejoraría notablemente la funcionalidad. Actualmente, a la zona de ampliación se accede por el viejo cementerio, por un vial que conecta la entrada principal con la zona nueva. Pero disponer del vial proyectado para la parte superior del camposanto y del nuevo parking permitía que, en el caso de que se vaya a efectuar un enterramiento en la zona nueva del cementerio, el coche fúnebre ya entrase directamente desde el vial. Se abrirían dos posibilidades: realizar el rito funerario en el propio aparcamiento y efectuar luego el entierro en la más estricta intimidad familiar; o bien bajar a la zona de aparcamiento de discapacitados -que ya está ejecutado y asfaltado, en las inmediaciones del cementerio nuevo- para acceder directamente hasta el nivel de los panteones.

El párroco explicó que "en contra de lo que piensa alguna gente, el cementerio es un bien con un uso social. Todos nos vamos a morir y la Iglesia defiende la sepultura", que en los primeros cristianos afianzaba la esperanza de la resurrección de los cuerpos. Aunque hoy no se opone a la incineración, la normativa sobre restos funerarios del Vaticano prohibe tirarlos al mar o a otros lugares y que no sean sepultados en un lugar autorizado por la Iglesia con la no realización de las exequias". Por eso, al acometer la primera fase de ampliación del camposanto, la parroquia de San Paio se reservó veinte panteones para cubrir urgencias. Y ya ha tenido que ceder cuatro ante fallecimientos repentinos en el seno de familias que carecían de panteons. En estos casos, la Iglesia les cede gratuitamente el nicho para solucionar la urgencia hasta que tengan donde enterrar al difunto. En algunos casos, después la familia en cuestión ha querido adquirir el penteón, acogiéndose a las facilidades económicas que le brinda la parroquia.