Abrir un negocio en tiempos difíciles parece un reto complicado. Sin embargo, para María Mundín es todo felicidad y positivismo ya que es una forma de completar la demanda de su cliente y ampliar así la oferta de sus negocios. Entre risas afirma que no puede hacer una inauguración propiamente, pero la hará diaria, "dedicándole tiempo cuando vengan a la consulta para enseñarle el nuevo local, porque esto es gracias a mi clientela",
-¿Cómo fueron los inicios?
-En abril de 2021 hará diez años que abrí mi primer negocio haciendo manicuras, pedicuras y maquillaje. Luego fue el segundo negocio en la calle peatonal, hace cerca de cuatro años.
-¿Este nuevo negocio cuenta con nuevas incorporaciones del mundo de la estética?
-Sí, lo abro porque al estar en el mundo de la belleza, una cosa me pedía la otra. Llega un punto en que quieres solucionar problemas que solo se consigue con la medicina estética, por lo que quería darle la cobertura definitiva a esas personas que demandaban un tratamiento estético, pero que también pedían detalles que solo se pueden mejorar con la medicina. Soy la pionera de este tipo de negocio en Lalín. En mis otros locales tenía todo lo relacionado con la estética, que seguiré manteniendo. Todos los servicios que ofrecía en la calle Joaquín Loriga, los he trasladado para este nuevo local y he añadido la medicina estética.
-¿Mantendrá el local de estética?
-Sí, aunque ahí realizaré un nuevo proyecto que estoy aún preparando. Esto saldrá más adelante. Debo decir que seguiré ofertando las manicuras, maquillaje y demás. Habrá reformas y novedades, porque yo no valgo para estar quieta, siempre quiero mejorar.
-¿Dentro de la medicina estética, con qué trabajarán?
-Nos centraremos en la eliminación de arrugas faciales y corrección de ojeras, perfilado y volumen de labios, rinoplastia sin cirugía, rejuvenecimiento, centrado en la mesoterapia, hidratación y plasma rico en plaquetas PRP, además de botox, efecto lifting y lo más importante es que contaremos con asesoramiento médico dietético y nutricional, que es una de las grandes novedades. La doctora Alfonsina Uriburu Cabrera será la encargada de estos nuevos proyectos, y también, completará el equipo la doctora Ersilia Porto.
-¿Por qué cuenta con estas profesionales?
-Llevo con el proyecto varios años y buscando las mejores. Una vez más, el destino puso a la mejor en mis manos. Hubo que hacer un trabajo estricto para poder conseguir sacarlo adelante, para cumplir todas las normativas sanitarias que rigen estos locales. Con el tema de la Covid-19, pensé que no saldría tan rápido.
-¿Repercutió el coronavirus en sus negocios?
-Sí que bajó mucho en el de estética, porque las ceremonias, la mayoría se cancelaron. Pero hay que resaltar, que en tiempos de pandemia, en los que la moral está baja por la situación, la medicina estética da un chute de energía para verte mejor. Hoy en día, el futuro está en esto, a veces es mejor ir a un médico estético que a un psicólogo. Dependemos mucho del físico, incluso hablando de trabajo, la gente, antes de asistir a una entrevista, busca un local de estética; se debe a que piden una imagen y experiencia, y la imagen la gente joven da el perfil, pero la experiencia no. Entonces, la gente de edad media busca verse bien para poder llegar al puesto que quiere, y esto lo digo por la experiencia.
-¿La gente demanda estos servicios?
-Sí, la gente recurría a mí preguntándome qué podía hacer con pequeños detalles. Yo podía ofrecer los tratamientos de Guinot, que son de la marca con la que trabajo y dan resultados, pero había gente que buscaba algo más. Entonces, con estas dos opciones de tratamientos y medicina, cubro la demanda que hay.
-¿Ve positivo abrir este negocio en la situación actual?
-Muy positivo, porque la gente que lo buscaba, lo va a hacer igual. Quiero destacar que nosotros ofrecemos una consulta médica en la cual la doctora resolverá cualquier detalle que quiera mejorar un paciente. El cliente puede barajar las opciones que más se le ajusten. Yo espero tener gente, pero creo que voy a tener resultados. Tengo las expectativas altas, porque, por fin, voy a poder darle lo que tantas clientas me pidieron.
-¿Cómo definiría sus negocios?
-Negocios que ofrecen calidad y resultados. A mí no me vale de nada vender un producto barato si luego no resulta. La gente que me busca es porque quiere soluciones reales. Yo trabajo con buenos productos, porque tengo resultados. La gente me tiene encasillada en un mundo caro y exclusivo, pero la realidad es distinta. Yo busco cosas determinadas porque me gustan. Con este centro intento abarcar todo tipo de público, el que estaría dispuesto a hacer medicina estética y el otro, que busca tratamientos asequibles. En cuanto al local, siempre trato de tener algo especial y que marque la diferencia, por eso trabajé con Isa [De-Cores, en Silleda], porque me conoce muy bien y sabe lo que quiero: algo elegante y que me defina.
-¿Siempre ha querido estar en el mundo de la estética?
-Yo estudié otra cosa, pero esto ha sido siempre lo que he querido. En un momento de parón en mi vida me dije, o lo hago ahora o nunca. Así fue, que marché para Barcelona, donde inicié mis estudios dentro de Evagarden, luego hice cosas en Madrid. Yo me he formado dentro de dos casas reconocidas, no vengo de una academia; me he formado con un nombre, con peso y resultados. Esto es un trabajo que exige mucha formación y estar al día, yo viajo todo el tiempo.
-¿Por qué tuvo tanto éxito el mundo de la estética de uñas?
-Cuando empecé parecía algo absurdo, tener un negocio de uñas. Para mí era un mundo que siempre que me ha apasionado, al igual que el maquillaje. Desde pequeña le destrozaba todo a mi madre. Hay que tener en cuenta que para pintar hay que saber, hacer dibujos en las uñas es un arte.
