El teléfono 012, de atención e información a la ciudadanía, ofrece datos sobre el agro, la vivienda, el turismo o sobre temas de interés para la juventud. Se usa para tramitar quejas y, también, para dar parte de los destrozos del jabalí en cultivos. La Orden del 23 de diciembre de 2019 que regula las ayudas por daños del jabalí establece que los afectados disponen de 72 horas de plazo para dar parte de estos daños y poder iniciar la tramitación de estas compensaciones.

Pero claro, el volumen de servicios de este número es tal que en los últimos días, los ganaderos que quieren denunciar daños en sus cultivos están varios minutos al teléfono, porque el sistema los pone en espera "hasta que transcurre el tiempo máximo y la llamada se cancela, teniendo que volver a repetirse las llamadas sin resultado efectivo", indican desde el sindicato Unións Agrarias.

El colapso de este número de teléfono provoca que los afectados por ataques de fauna no puedan iniciar en plazo la tramitación de sus expedientes. Como decíamos, la normativa marca que desde que se producen los daños hay de tiempo 72 horas para dar parte en este teléfono de avisos. En la misma llamada se les daría un número de expediente, así como la visita de agentes medioambientales para inspeccionar los destrozos y, por tanto, permitiría el arranque del plazo para solicitar una indemnización.

Unións Agrarias insiste en la necesidad de que la Xunta solvente de forma inmediata las deficiencias del sistema de asistencia integrada del 012, "o que habilite un sistema alternativo de comunicación de daños, que permita iniciar la tramitación de las ayudas para pagos de daños del jabalí dentro de los plazos". La convocatoria de indemnizaciones para el presente ejercicio está dotada con 2,8 millones de euros. Esta cuantía cubre en torno al 20% de los destrozos que causa el jabalí en la agricultura, y que Unións calcula que llegan a los 15 millones de euros en cada campaña de cultivos.

En la comarca dezana, las incursiones del jabalí en maizales han sido de tal envergadura que en algunas cooperativas, como Cobideza, se decidió adelantar la cosecha un mes para poder salvar parte de las plantaciones. El ensilado comenzó a mediados de agosto a pesar de que el maíz aún estaba creciendo, gracias a las tormentas de las semanas previas. La proliferación de este animal por la comarca es prácticamente imparable, aunque el año pasado la Consellería de Medio Ambiente declarase la emergencia cinegética en Deza y Tabeirós-Montes, ampliando los días de caza de esta especie. Año tras año, las sociedades de caza cubren el cipo de precintos asignado y tienen que solicitar ampliaciones.