Hace años que la población inmigrante ayuda a salvar las cifras de la escasa natalidad en Galicia. Y al establecerse en los municipios de Deza y Tabeirós-Montes, también compensa la marcha de los vecinos oriundos de las comarcas a otras villas y ciudades, ya sea de Galicia, del resto de España o del extranjero.
El saldo migratorio es la diferencia entre las inmigraciones y las emigraciones. Si es un número positivo, indica que el municipio o comarca en cuestión tiene más empadronamientos de personas inmigrantes y retornadas que bajas de vecinos que deciden establecerse en otros lugares. Si sale negativo, resulta que hay más emigrantes que inmigrantes. Pues bien, Deza consigue salvar los números gracias a la llegada de inmigrantes extranjeros y también de emigrantes que han decidido retornar a su municipio de origen. Los datos del IGE indican que en 2019 el saldo migratorio de Deza era de 263 (es decir, hay 263 personas más inmigrantes que emigradas). En 2018 era de 326. Eso sí, a la hora de hablar de saldo interno la cifra no es tan alegre. El saldo interno mide las inmigraciones y emigraciones dentro de la misma provincia y con el resto de Galicia. Para Deza, el saldo interprovincial sigue siendo positivo, de 13 personas, pero con el resto de Galicia ya es negativo, de -57. Así, el saldo interno total es también negativo, de -44- El saldo migratorio externo, a su vez, mide las migraciones con el resto de España y con el extranjero. Con el resto de España es de -21, y con el extranjero, de 328. Por eso, a nivel global el saldo externo es bueno, de 307. Si restamos esos 307 al saldo interno, -44, obtenemos los 263 mencionados.
En la comarca vecina los números no son tan buenos ni tan abultados. Su saldo migratorio total es negativo, de -11, pero al menos es más suave que los -31 que tenía en 2018. El saldo interno que tienen en conjunto A Estrada y Forcarei es negativo, de -139, ya que también está en números rojos al hablar de migraciones dentro de la provincia (-7) como con el resto de Galicia (-132). Poco puede hacer el saldo externo, aunque aquí también sea positivo, de 108 personas (con -12 para el resto de España y 120 para el extranjero).
Al margen del saldo migratorio, el IGE permite consultar, por comarcas y municipios, los tipos de inmigraciones y emigraciones. Al igual que con el saldo migratorio, son internas si tienen lugar o dentro de Galicia o dentro de la misma provincia (y aquí se desdobla en comarcas de la misma provincia o dentro de la misma comarca) y externas si los movimientos de personas son desde o hacia otras autonomías o el extranjero.
Por municipios
Veamos los datos por municipios. En Deza su cabecera comarcal, Lalín, tuvo el año pasado 675 emigraciones y 780 inmigraciones. Por eso, su saldo migratorio es positivo, de 105. De esas 675 personas que se marcharon, lo hicieron sobre todo a otros puntos de la provincia (211), a otra provincia gallega (212) o a otro punto del Estado (171). La marcha al extranjero es casi residual, con 81 personas, mientras que de fuera llegaron 291 personas, muy por encima de las 160 oriundas de otras provincias de Galicia o las 177 de otros puntos de Pontevedra.
También es positivo el saldo de Silleda y Vila de Cruces. En Trasdeza, se marcharon a otros enclaves 276 personas, pero ganó 447. Pero en Silleda las pautas son distintas a las de Lalín: los emigrantes no se van a otros puntos de Pontevedra, sino que escogen a otra provincia (110), y los inmigrantes son sobre todo de la misma comarca (104), por encima de los que proceden del extranjero (94). En cuanto a Vila de Cruces, sus 141 inmigrantes compensan la marcha de 118 nativos. Como en Silleda, gana inmigrantes de otros puntos de Deza (26) , y los que se van, también se instalan en otros puntos de la comarca (38). Las cuestiones laborales pueden estar detrás de esta tendencia.
