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Muchos alumnos y pocos docentes, espacios y limpiadores amenazan el curso en los institutos

Para minimizar el riesgo de contagio, además de fijar grupos estables, los centros más numerosos habilitarán distintos accesos y escalonarán horas de entrada, salida y recreos - Urgen más profesores para reducir las ratios

Uxío Grande, el director del IES Laxeiro, midiendo distancias entre mesas en mayo. // Bernabé / Javier Lalín

Muchos alumnos por aula y pocos docentes, espacios y personal de limpieza son las principales amenazas para el nuevo curso -el primero que arranca con riesgo Covid evidente- en los centros de Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional (FP) de Deza y Tabeirós-Terra de Montes. Aunque cada centro es un mundo, con sus propias especificidades, en general los directores de los diversos institutos ven con gran preocupación el nuevo curso y, a pesar de que, en teoría, este es para ellos un mes de vacaciones, le están dedicando el verano a planificar medidas que minimicen el riesgo de contagio de alumnos y profesores y a adquirir equipamientos orientados a favorecer la prevención en todos y cada uno de los espacios de sus centros. El contexto de crecimiento exponencial de casos y la constante variación de instrucciones -tras el protocolo que les envió la Xunta el pasado mes de julio- les tienen muy preocupados. En las programaciones didácticas, se baraja ya un triple escenario: presencial, semipresencial y telemático.

Casi todos apostarán por geles hidroalcohólicos en todas las estancias para su utilización generalizada y por el uso obligatorio de mascarilla durante toda la jornada lectiva y los trayectos de autobús (que en los casos más extremos pueden alcanzar hora y media, ida y vuelta). Yfijarán grupos estables por aula para tratar de reducir las interacciones entre el alumnado. Buscan así limitar riesgos y favorecer una intervención rápida y lo más quirúrgica posible en caso de que se detecte un caso de coronavirus durante el curso.

En este, se generalizará el uso exclusivo de una mesa y una silla concretos -casi siempre con nombre para impedir equívocos- que deberán distar de las de su entorno -al menos un metro (medido desde el centro de la silla al centro de la del otro alumno que tengan delante o detrás) y 1,38 metros en sentido lateral. Todas deberán estar orientadas hacia la del profesor, en una posición previamente establecida que no se podrá variar. Los centros con aulas más grandes y menos alumnado prevén incrementar esa distancia de seguridad incluso a metro y medio o más en algunos casos, como en el IES María Inmaculada o en CPI Rodeiro, según sus directores, Manuel Constenla y Ernesto Fernández. Pero los institutos más numerosos no pueden hacerlo y urgen más profesores para reducir las ratios, desdoblando los grupos para incrementar la distancia de seguridad entre el alumnado.

En Primaria el tope está fijado en 25 alumnos por aula. En Secundaria es de 30 y en Bachillerato de 33. "Esas ratios hay que bajarlas", asegura la directora del IES Aller Ulloa de Lalín, Xoana Mouriño. "Si en la calle no pueden estar reunidas 10 personas, en una clase no puede haber 30 o 33. Si no, puede haber contagios en la primera semana", denuncia.

En los institutos con más alumnado como el IES Antón Losada Diéguez de A Estrada (que suma 550 alumnos) se rozan esas ratios en ESO y en algunas materias de Bachillerato como Biología o Física por lo que le urgiría ganar tres aulas grandes pendientes de generar en una ampliación prometida pero pendiente de resolución de la Xunta y de la que nada saben, según José Manuel Puente, su director. "Estamos limitadísimos", asegura. "Si se confirma lo que dice la prensa de que hay que bajar la ratio a 25 tendríamos que hacer desdoble" y "no tenemos ni profesorado ni aulas". Ni tampoco los talleres para Automoción y Madera que necesitan por el retraso en la reforma de los primeros y la falta de respuesta de la Fundación de Exposicións a la petición de un pabellón para albergar los talleres de Madera, de la que ya informó FARO

También el del IES Laxeiro (el más numeroso de ambas comarcas, con 700 alumnos) está muy limitado para hacere desdobles. Pese a que las instalaciones que ganó con una reforma se lo permitirían, para hacerlo necesitaría al menos tres docentes más. En Secundaria cerrará las listas de admisión en 30 alumnos por aula.

Y en el segundo IES más numeroso de A Estrada, el Manuel García Barros (con 450 alumnos) la situación es muy similar. "No tenemos espacios para garantizar la distancia de seguridad" ni suficientes profesores para hacer desdobles y poder rebajar el número de alumnos por aula ni aulas de referencia suficientes para la gran optatitividad que oferta el centro desde cuarto de la ESO, afirma su directora, Ana Fernández. Aun así, avanza, conscientes de que el mayor problema está en el Bachillerato -donde suman más de 30 alumnos por aula- intentarán reducir la ratio como hará el IES Número 1 de A Estrada en primero de la ESO formando tres grupos en vez de dos, asumiendo los docentes más carga lectiva, según su director, José Manuel piñeiro.

Algunos directores denuncian que el protocolo de la Xunta les carga de unas responsabilidades excesivas. No en vano, indica el director del IES Marco do Camballón de Vila de Cruces, José Manuel Iglesias, ellos no son técnicos en materia de prevención y, por tanto, debería ser Sanidade quien determine qué medidas de protección se deben adoptar en instalaciones tales como los gimnasios o los talleres de FP, como el de Soldadura e Calderería cruceño. La imposibilidad de compartir herramientas en estos últimos está obligando, además, a centros de FP como el IES Laxeiro de Lalín -que tiene ciclos de Automoción y Electricidad, por ejemplo- a asumir una fuerte inversión en la adquisición de cajas de herramientas individualizadas para el alumnado, según detalló su director, Uxío Grande.

En general, a la práctica totalidad también les preocupan las consecuencias de la utilización de otras zonas comunes como las aulas de informática, los laboratorios , los baños, las bibliotecas o las cafeterías. En estas, el protocolo autonómico indica que rigen las normas de la hostelería. Hay que evitar la masificación. Por eso, el IES Laxeiro proyecta ampliar su espacio con un patio interior y establecer un sistema de rotación que determine cuándo puede acudir un alumno a la cafetería en función de su recreo. La misma razón es la que motiva que el Marco de Camballón baraje sustituir su anterior recreo de media hora por dos de 20 minutos, idéntica medida a la que el Antón Losada baraja para FP, a fin de evitar la coincidencia en el recreo con el alumnado de ESO y Bachillerato.

Pero, para controlar el acceso a la cafetería o la entrada y salida de alumnado de FP mayor de edad del recinto en los recreos, se necesita incrementar las horas de guardia, indican Iglesias y Puente, y para ello Camballón necesitaría uno o dos profesores más y el Antón Losada dos para cubrir guardias de pasillos y salidas.

Los directores están a la expectativa de la reunión que está previsto que mantengan responsables de los ministerios de Sanidad y Educación con las comunidades autónomas este jueves, 27 de agosto. Su impresión generalizada es que la elección de esa fecha no ha sido acertada porque es demasiado tardía: las clases en algunas comunidades arrancarán el día 4. En Galicia, empiezan el 10 para Infantil y Primaria y el 16 para Secundaria, Bachillerato y FP. Es un margen de tiempo excesivamente corto para planificar un curso que se prevé tan complicado.

Es el mismo motivo que suscita que los planes de acogida, adaptación y contingencia que están elaborando contemplen medidas novedosas como habilitar distintos accesos para los diversos grupos -propiciando el uso de puertas nunca antes utilizadas según su cercanía a las distintas dependencias del centro- y el escalonamiento de las horas de disfrute de los recreos así como de entrada y salida del instituto. Así, por ejemplo, FP del Antón Losada entrará cinco minutos antes y saldrá otros 5 después, pasando, además, a impartir a distancia las seis horas lectivas que hasta ahora tenía las tardes de martes y jueves.

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