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El día después de "lo que pudo haber sido"

Los vecinos de los pisos afectados por las llamas acometen tareas de limpieza, aunque algunos todavía tardarán en poder reocuparlos - La rápida actuación del presidente de la comunidad fue decisiva para evitar males mayores

El día después de "lo que pudo haber sido"

El paisaje después de la batalla seguía siendo dantesco ayer por la mañana en la esquina de las calles Trasdeza y Venezuela. A pesar de la ardua labor de limpieza realizada el viernes por los efectivos de emergencias, con la ayuda de algunos vecinos, la huella del fuego y del humo era patente -más allá del solar donde se originó y del lateral ciego del edificio quemado- en la propia calle o en el inmueble situado justo al otro lado de la misma. Pero la frase más repetida entre los silledenses seguía siendo: "Para lo que pudo haber sido...".

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Incendio en Silleda: el despertar más negro

Varias veces sale de los labios de Juan Carballo y Marga González mientras retiran ropa para lavar y algunos enseres de su dúplex, el más afectado por el incendio. Los cuatro baños están quemados, igual que el cuarto de la lavadora y mucha ropa, las ventanas explotaron y el humo dejó una capa de negrura en los 170 m2 de este cuarto piso. "Aún se nota el calor aquí dentro..., mucho", comenta Marga. "La suerte fue que llegaron los bomberos, que están aquí al lado, y también que fue a la hora que fue, porque te pilla de noche o por la mañana temprano..., y no quiero ni pensarlo", manifiesta Marga, que se encontraba en su lugar de trabajo y no pudo reprimir la emoción al llegar a su calle y contemplar el panorama.

Su marido, su hija menor y otro familiar estaban dentro de la vivienda cuando se declaró el voraz incendio. La voz de alerta llegó a través del telefonillo: "¡Bajad todos, que arde el edificio!", le gritó el presidente de la comunidad. "Yo fui al baño e intenté apagar el fuego con la ducha, pero ya había mucho y no se podía", cuenta Juan, que en ese momento "no sabía lo que había fuera" ni, por tanto, el riesgo que corría. Ahora, con el susto todavía en el cuerpo, contempla la desolación de su hogar y no es capaz de poner fecha al regreso. "Esto va a tardar, hay daños por todas partes, humo, hay que reponer las ventanas...", repasa en voz alta, al tiempo que agradece la profesionalidad de bomberos y Guardia Civil.

En la vivienda situada justo enfrente, Felipe Chorén enseña sus dependencias a un empleado de su compañía de seguros, aunque nada que ver con la de sus vecinos en cuanto a daños, pues se libró de las llamas. Aparentemente, solo hay restos de humo y suciedad en techos, paredes y suelo. Es el presidente de la comunidad y, cosas de la vida, ejerció como tal al ser quien dio la voz de alarma. "Justo acababa de llegar del trabajo, vi el humo y empecé a avisar a todo el mundo", rememora el que para muchos de sus vecinos es el "héroe" de la jornada, que contó con la ayuda de la Guardia Civil, presente desde el primer momento, para ir "llamando a todos para que salieran del edificio". Después echó una mano con los extintores y con las mangueras a los bomberos y entró a cerrar todo, hasta que estos le mandaron para abajo.

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Un voraz incendio calcina un solar junto a una zona residencial de Silleda

"El apuro fue muy grande. Si llego a ver los vídeos que circulaban por ahí, no entro en el edificio, porque tú no veías lo que realmente había fuera", apunta. Cuando no han transcurrido ni 24 horas de los hechos, ya consciente de lo que pudo haber pasado, reflexiona: "Fue muy arriesgado, es lo que me decían. Mi mujer me llamó por teléfono y me dijo que saliera inmediatamente del edificio. La verdad es que fue un susto de carallo", sentencia.

Su rápida y decisiva actuación le valió numerosos agradecimientos de particulares y autoridades. Ayer mismo le llamaron de la Guardia Civil "para felicitarme por la ayuda y la labor prestada", reconoce el hombre, que devuelve las gracias a todos los que aportaron su grano de arena. Cita el restaurante Carballeira do Chousiño, que dio de comer a afectados, y a los supermercados Froiz y Dia, que les suministraron "sin cobrar". "Tenemos mucho que agradecer a mucha gente", insiste, y menciona también al alcalde, Manuel Cuiña, y las concejalas que "vinieron a hablar con nosotros".

A otros residentes, como Javier Molina, que completa el pasillo de la cuarta planta, les pilló fuera. "Yo estaba en la playa", declara el hombre, sin dejar de entrar y salir de su piso, afanado en tareas de limpieza junto a su esposa. Los desperfectos también afectaron a viviendas y negocios situados en las plantas inferiores, como la tienda de ropa que hay en su bajo, ayer con un cartel que avisaba del cierre indefinido. Fuera de las viviendas, las escaleras del edificio reflejan las huellas del ajetreo vivido, en forma de pisadas, humo y botellas de agua vacías en los rellanos.

Limpieza de solares

El incendio evidenció la necesidad de contar con más personal en el Parque Intercomarcal de Bomberos, una carencia de recursos humanos de la que se hace eco el BNG de Silleda. Llevan tiempo reclamando turnos de cuatro profesionales, en vez de los tres actuales, para "cumplir los protocolos de seguridad", apunta. El grupo nacionalista alude a las quemaduras sufridas por un trabajador durante las labores de extinción. "No se trataba de un bombero, sino de un empleado del consorcio carente de formación para ese puesto", afirma, al tiempo que apostilla: "Persona que, con muy buena intención, quiso prestar ayuda ante la falta de medios de sus compañeros".

Un incendio en un solar afecta a una zona residencial en Silleda

Un incendio en un solar afecta a una zona residencial en Silleda

Desde el Bloque inciden en que las situaciones a las que se enfrentan estos profesionales a menudo son "peligrosas". "No contar con los efectivos precisos pone en riesgo sus vidas e incluso las de las personas a las que intentan rescatar", advierte la formación representada por Tania Cornado en el Concello de Silleda. Y subraya que, al margen de los daños materiales, el incendio del viernes "pudo causar una tragedia", por lo que "tenemos que ser previsores para evitarlas".

A su juicio, el alcalde, como miembro del pleno del consorcio de bomberos, tiene "la obligación de exigir" a la Xunta y a la Diputación "que se dote de personal técnico suficiente para garantizar un servicio adecuado en condiciones de seguridad". La dispersión poblacional en el municipio, como en toda la comarca, el abandono de los montes y la falta de Protección Civil -cuyas funciones han asumido, precisamente, los bomberos- obligan a "ser muy exigentes en la lucha contra los incendios". En este sentido, también insta al gobierno local a tener "un buen control" sobre la limpieza de los solares y exigir que se cumplan los protocolos y las medidas antiincendios.

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