El conocido como impuesto municipal de circulación dejó en las arcas locales más de 3 millones de euros. Podemos concluir que este tributo es más o menos asequible en concellos como Lalín, que años atrás acometieron un proceso de reformulación de sus ordenanzas para fijar el tipo impositivo entre los más bajos de las villas y ciudades de su categoría e incluso por debajo de otras localidades menores. Los turismos de entre 12 y 15,99 CV pagan al año 81,29 euros, algo menos que los 90,65 de A Estrada o que los casi 90 euros de Vila de Cruces. Por el llamado técnicamente Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM) las dos capitales de comarca obtuvieron 960.185 euros (A Estrada) y 842.491 (Lalín). En Silleda los ingresos fueron de 458.199 euros, Vila de Cruces (276.283), Rodeiro (132.734), Agolada (91.314), Dozón (45.425), Cerdedo-Cotobade (227.872) y por vía ejecutiva a Forcarei se traspasaron 13.803 euros.

En otro orden de cosas, solo cuatro municipios de la zona dejan en manos del ORAL la recaudación por multas de tráfico. Lalín partía con 228.142 euros pendientes de cobrar, a los que había que añadir otros 76.115 del año fiscal, pero de ese montante los ingresos líquidos se quedaron en 69.315 euros. En lo que atañe a Silleda, las transferencias fueron de 43.071 sobre los 112.000 totales a gestionar de 2019 y de otros ejercicios. Ya en A Estrada, las transferencias alcanzaron los 89.990 euros sobre los 157.990 pendientes y otros 75.880 del cargo anual. Cerdedo-Cotobade arrastraba 250 euros de impagos, de los que percibió 160 y sin sanciones previstas para 2019.