La prestación de servicios públicos es uno de los atractivos para, por ejemplo, fijar población y que las personas se asienten en territorios que ofrecen recursos como instalaciones deportivas, culturales o de ocio. Una vez más nos enfrentamos al perenne debate de las competencias impropias y mientras los concellos extienden su cartera de servicios, también deben rascar es su cartera para afrontar los costes de su mantenimiento. Por tasas y precios públicos llegaron a las arcas municipales 4,8 millones y un gran porcentaje de ese dinero fue a parar a Lalín y A Estrada, con 1,2 u 2,1 millones de euros respectivamente. También destaca el impacto que sobre las cuentas municipales de Silleda tuvo este capítulo, con 817.703 euros.

Actividades económicas

En otro orden de cosas, el Impuesto de Actividades Económicas (IAE) supuso algo más de 832.000 euros. En este apartado destaca los casi 300.000 euros obtenidos por el Concello de Lalín, frente, por ejemplo, a los 130.721 de A Estrada. En Silleda el montante no llegó a los 100.000 euros (95.803) y hasta 155.708 en Vila de Cruces. Por poner un ejemplo, en la carga tributaria relacionada con la actividad económica en Dozón dejó el año pasado 9.486 euros en sus cuentas.