El impacto de los ingresos por el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) en el conjunto de la recaudación municipal es evidente, con más de la mitad del dinero procedente del tributo que penaliza la propiedad. En este segmento impositivo se incluyen los bienes inmuebles urbanos, de naturaleza rústica y los de categoría especial; estos últimos, aplicados a, por ejemplo, autopistas y túneles de peaje o complejos energéticos como parques eólicos. El organismo provincial transfirió el año pasado a los concellos 11,4 millones, de los que 7,2 corresponden a las administraciones locales dezanas y los restantes 4,1 a las de Tabeirós-Montes.

Como acontece en los números de trazo grueso, en los desgloses por tipo de impuesto el ORAL también analiza la recaudación prevista dentro del año fiscal y la pendiente de otros. Los seis concellos dezanos tenían pendientes casi 2,8 millones, de los que 1,8 corresponden a Lalín. Los cobros líquidos del pasado ejercicio por el IBI son los siguientes: Lalín (3.791.123 euros), Silleda (1.475.879), Vila de Cruces (722.975), Rodeiro (655.677), Agolada (412.524) y 181.785 en Dozón. Los impagos pendientes en los tres ayuntamientos de Tabeirós-Montes alcanzaban los 950.457 euros (755.000 solo en A Estrada), y el reparto de transferencias es: A Estrada (3.424.379 euros), Forcarei (16.862) y 751.892 en para Cerdedo-Cotobade.

Por otro lado, la cuenta de resultados por el Impuesto de Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO) facilitada por la entidad provincial apunta a unos ingresos totales de solo 63.145 euros.