Andrés Fernández Torreiro vive a caballo entre Silleda y Santiago de Compostela. Este licenciado en Bellas Artes de 45 años trabaja en la librería especializada Alita Comics de la Rúa Nova de Abaixo de la capital gallega y es un apasionado del maquetismo y el coleccionismo de piezas en miniatura que en muchos casos decora él mismo. Para encontrar sus inicios en estas dos aficiones hay que remontarse a la infancia, tal y como él mismo rememora: "Esto me viene desde niño. Mi padre hacía maquetas militares de aviones y de tanques. Yo me sentaba a su lado para ver cómo las hacía. Después llegó el momento en que cuando compraba maquetas compraba dos, una para él y otra para mi. Acabamos haciéndolas los dos y hasta ahora", explica. Fernández Torreiro también desvela que "con el paso del tiempo fui descubriendo el mundo del maquetismo. Además, como me gustaban mucho los juegos de estrategia también supe que había juegos de estrategia con miniaturas. Después mezclé las dos pasiones. Empecé a comprar miniaturas y a pintarlas. Una cosa lleva a otra, ya sabes".

El decreto del estado de alarma que a todos nos encerró en casa hizo que este virtuoso del maquetismo aprovechase el confinamiento para ocupar su tiempo en la construcción de una pieza singular. "Durante el confinamiento vi una caja abandonada en la esquina de la cocina y pensé en hacer una casa. Fui ampliando hasta completar el poblado y cuando me di cuenta tenía hecho un pueblo completo. Es un pueblo de inspiración medieval centroeuropea al que le quise poner de todo". De todas las piezas que forman parte de esta impresionante maqueta, Andrés tiene debilidad por una especie de edificio grande "que le puedes sacar las plantas y dentro está amueblado y todo. Está hecho con palillos y cartones". La macropieza ha sido admirada por numerosos amigos que no dan crédito cuando se acercan a contemplar todos y cada uno de los detalles realizados por este "friki profesional", como gusta autodenominarse. "Las piezas que te haces tú mismo las haces a tu gusto y según tus necesidades", explica mientras hace memoria para recordar el trabajo que le ha llevado levantar un poblado que puede servir tanto de escenario de un juego de estrategia como para cualquier otra recreación posible de esa época.

Tras muchos años haciendo lo que más le gusta, Andrés Fernández es incapaz de decirnos cuántas maquetas tiene realizadas a lo largo de su vida. "No hice la cuenta de todo lo que llevo hecho. Yo empecé con 10 años. Por eso, entre maquetas y miniaturas, tranquilamente, habré hecho unas dos mil en todo este tiempo. Y aún sigo. También vendo algunas piezas porque son cosas que no conservas por falta de uso y de espacio. Al final, es una inversión", añade. Lo que sí tiene claro es que para guardarlas "hace falta una casa grande o, también, una mujer muy comprensiva. Algunas piezas están expuestas en la tienda, pero te puedo decir que ahora está todo encima de una cama en la casa de mi madre".

Star Wars

Para completar su curriculum de "friki profesional", Andrés Fernández no duda en recordar con orgullo que es uno de los fundadores de la numerosa agrupación de fans de la saga Star Wars de Galicia. Reconoce que "los últimos productos son un poco decepcionantes. Llegamos hasta el punto de hacernos nuestras propias armaduras y organizamos los desfiles en Santiago, aunque este año no pudo ser por el coronavirus." Explica que lo de La Guerra de las Galaxias es "puro coleccionismo, aunque soy muy selectivo" y barrunta que su afición tendrá continuidad en el seno familiar, porque "tengo una hija que también es friki pero a su manera porque en realidad no le gusta Star Wars, aunque reconozco que no la presiono en este asunto demasiado".

Después de toda una vida dedicada en cuerpo y alma a las maquetas a escala y al coleccionismo de miniaturas, Andrés Fernández Torreiro tiene en mente un reto todavía por cumplir. Preguntado por cuál es esa maqueta que aún no ha llevado a cabo y que le encadilaría que llevara su firma, este compostelano afincado en Silleda no duda en señalar que "la que me gustaría hacer es la fortaleza con aspecto céltico de Rohan, de El Señor de los Anillos. Lo que pasa es que para ello necesitaría un espacio del que no dispongo". De todas formas, si el espacio es el único inconveniente para afrontarla, seguro que este enamorado del maquetismo acabará encontrando dónde construir la casa de la dinastía real.