Tres concellos de las comarcas suman más pensionistas que personas, que con sus empleos, contribuyen al sostenimiento del sistema público. El envejecimiento de la población y la todavía ansiada estabilidad económica conducen a parte de Deza Tabeirós-Montes a, en pocos años, a un escenario de desequilibrio con más ciudadanos perceptores de subsidios que cotizantes a la Seguridad Social.
A finales de la semana pasada el Instituto Galego de Estatística (IGE) divulgaba los registros de pensionistas por municipios y sus niveles de rentas referidos al pasado año. Pues bien, si tomamos como referencia este censo y el de cotizantes en el mismo período, en las dos comarcas había un total de 20.300 pensionistas y solo 25.254 trabajadores en activo. Estas cifras demuestran que la diferencia positiva de personas que forman parte del mercado laboral y, en consecuencia, con su IRPF contribuyen al pago de las rentas a jubilados y otros perceptores de rentas sociales, es de solo 4.954. No obstante, en Agolada, Forcarei y Cerdedo-Cotobade los perceptores de subsidios rebasan a los afiliados. En el primer caso los datos oficiales apuntan a que hay 886 agoladeses pensionistas, mientras que los que forman parte del mercado laboral son 740; es decir, 146 menos. La diferencia es más acusada en Forcarei, con 1.054 cotizantes y hasta 1.334 pensionistas, por 1.789 y 1.808 casos respectivamente en Cerdedo-Cotobade.
Los demás ayuntamientos de la zona muestran unos más favorables, aunque en algunos casos como Rodeiro la diferencia positiva a favor de los activos no es demasiado relevante. Así las cosas, estamos hablando de 948 afiliados a la Seguridad Social frente a 940 pensionistas. Dozón se comporta mejor y uno de los municipios de la provincia que muestra un índice de envejecimiento más acusado, es capaz por ahora de contar con más empadronados trabajando que aquellos que reciben a final de mes una pensión. Son 424 activos por 392 perceptores de una renta de la Seguridad Social.
En Vila de Cruces hay 127 cotizantes más que sus 1.773 pensionistas, mientras que, por este orden, Lalín y A Estrada son los que presentan unos balances más favorables. En la capital dezana se contabilizan 5.004 pensionistas, pero son hasta 7.439 los vecinos que forman parte del mercado laboral; es decir, la balanza es favorable en 2.435 casos. En unos índices algo más bajos está A Estrada, donde constan 5.684 personas que reciben un subsidio y los cotizantes alcanzan los 7.475.
Al margen de esta diferencia entre activos y pensionistas, el curso pasado se cerró con 3.465 desempleados. La incorporación al mercado laboral de parte de estas personas podría ayudar a corregir la desventaja de los inactivos frente a los cotizantes, pero no en todos los casos. Así las cosas, por ejemplo aunque todos los agoladeses en paro se insertasen laboralmente su número de activos quedaría todavía por debajo del de pensionistas. Lo mismo acontece en Forcarei, mientras que en Cerdedo-Cotobade sería preciso que de sus 332 desempleados al menos una veintena accediesen al mercado laboral para equilibrar la balanza entre afiliados y pensionistas.
