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Vanessa Alende - Médica especialista en Medicina Interna

"Se me viene a la cabeza ese primer paciente, el miedo y angustia en sus ojos"

"El virus sigue ahí. Los afectados y las muertes hacen patente la gravedad de esta enfermedad"

Habla de un modo calmado y tranquilizador, pero la procesión va por dentro. La estradense Vanessa Alende Castro ha mirado al coronavirus a los ojos y ha conocido su crueldad, su absoluta falta de compasión. Esta especialista en Medicina Interna no se ha amilanado. Desde el Hospital de O Salnés, sabe lo que es soportar la losa de un EPI para luchar contra esta pandemia. Conoce sus efectos en el cuerpo y en el alma. Su formación la lleva a analizar la situación de un modo racional, pero su humanidad hace que se le haya quedado marcado el miedo atrincherado tras la mirada de sus pacientes y su deseo de darles también un bálsamo contra la soledad.

-Le ha tocado pasar esta crisis sanitaria desde el Hospital de O Salnés. Ahora que la situación semeja más controlada, ¿cómo fue su vivencia?

-La verdad es que se preveía una hecatombe y colapso hospitalario por el antecedente que teníamos de otras comunidades como puede ser Madrid. Al principio lo vivíamos con miedo, por una parte a lo desconocido y, por otra, a no contar con los recursos humanos y sanitarios suficientes para atender a la presión de afectados. Por suerte, en nuestra área, la circulación del virus fue menor y no nos enfrentamos a una situación tan estresante como en otras comunidades.

-¿Cómo recuerda el momento de enfrentarse a ese primer paciente sospechoso de haber contraído la Covid-19?

-Tristemente el primer paciente sospechoso estaba clínicamente bastante afectado y acabó falleciendo semanas después. Es estresante enfrentarte a esa situación que, además, en el Hospital de O Salnés inicialmente vivíamos un médico sólo. En nuestro centro solo somos un facultativo de guardia de Medicina Interna.

-¿Tuvo miedo al colapso?

-Uno de nuestros miedos antes de enfrentarnos a la pandemia era el temor a la falta de recursos y colapso sanitario. Pero nunca nos quedamos sin camas disponibles.

-¿Cuál fue el peor momento, ese recuerdo que no se da sacado de la cabeza?

-Los primeros días fueron días de agobio, de miedo a lo desconocido, de aprender mucho y muy rápido, con una fuente constante de información científica y protocolos que se iban adaptando día a día según íbamos conociendo datos. En eso consiste la Medicina. Pero era a contrarreloj. Aunque he de reconocer que si tengo que recordar una imagen se me viene a la cabeza sería la cara de ese primer paciente, el miedo y angustia en sus ojos. En soledad.

-Le pido ahora el mejor momento, que alguno habría entre todo el miedo y la incertidumbre...-

-Sí de todo esto hay que sacar algo bueno, me quedo con dos cosas. Por una parte, la labor de equipo de todo el personal: enfermería, celadores, auxiliares, personal de limpieza? todo el mundo dio lo mejor de sí y nos ayudamos mutuamente. En poco tiempo se creó un equipo Covid (como nosotros lo llamamos) muy bien compenetrado y dedicado al 100%. Y, por otra parte ,la respuesta humana, de agradecimiento, de pacientes y familiares. Emociona.

-¿Está libre su hospital en estos momentos del coronavirus?

-Hace semanas que no tenemos ningún ingresado con Covid-19 positivo (si aislamientos, pero no con enfermedad activa). En nuestra comunidad la circulación del virus fue menor, y en eso el confinamiento inicial jugó a nuestro favor.

-¿Se prepara un médico para algo así, para pensar que de un día para otro todo se transforma y habrá que construir una nueva normalidad?

-Es difícil saberlo. Por nuestra profesión estamos acostumbrados, si es que se puede decir así, a vivir situaciones difíciles y a trabajar bajo presión. Fue un aprendizaje, actualizaciones diarias para ofrecer lo mejor a los pacientes. Trabajamos con constancia y en equipo, algo que creo que es clave. Se viven situaciones duras.

-¡Qué enseñanzas deja, de momento, esta crisis sanitaria?

-Creo que nos deja entrever que por desgracia no estamos preparados para una pandemia, aunque es difícil estar preparado para eso. Hay que invertir en sanidad, en investigación. En recursos humanos. En nuestro ámbito existe mucha precariedad laboral, algo que llevamos reivindicando mucho tiempo, a pesar de lo cual no dejamos de hacer nuestro trabajo con una dedicación al 100%, y eso se ha dejado ver en esta crisis sanitaria. Pero si algo tiene que ser partícipe la población, una vez que esta crisis sanitaria termine, es en apoyar a sus sanitarios, a luchar por una sanidad y una estabilidad mejor de sus trabajadores. Es un bien de todos.

-Como alguien que ha vivido bajo la losa que supone un EPI y atendido a víctimas de esta enfermedad, ¿qué opina de la actual desescalada?

-En una situación de crisis económica patente la desescalada es necesaria. Pero es necesaria haciéndolo con seguridad. La clave es la responsabilidad ciudadana. No podemos tirar por tierra en unos días con un mal comportamiento lo que hemos conseguido frenar en estos meses con tanto esfuerzo por parte de todos. El virus sigue ahí. Los afectados y las muertes hacen patente la gravedad de la enfermedad. Hay que tomárselo en serio, y eso es trabajo de todos.

-¿Se nos confundió con el mensaje que inicialmente circuló "esto es solo una gripe"? ha quedado claro que no lo es.

-Parece que la información transmitida inicialmente no fue del todo clara. Pero no hay que tener en cuenta la gravedad de la enfermedad. El problema radica en que se trata de un virus con un alto nivel de contagiosidad y el sistema sanitario no está preparado ni puede asumir el contagio de toda la población. De ahí el colapso.

-¿Debemos temer al invierno?

-Sobre el SARS-CoV-2, que es como se conoce a este virus, vamos conociendo información constante. Hay que tener paciencia y estar preparados para un rebrote o aumento de la circulación del virus. En caso de que este rebrote coincida en los meses de invierno, época de circulación de otros virus, como es la gripe común, podría complicar la situación en cuanto a número de pacientes y demanda sanitaria al coincidir dos enfermedades contagiosas en el tiempo.

-Además de especialista en Medicina Interna, es usted madre. Cuando comenzó todo esto, su hijo no tenía ni un año. ¿Cómo se lleva, en el plano personal, el regreso a casa después de haber estado luchando contra una pandemia?

-Con el miedo a contagiarte tú y llevarlo a casa convives todos los días. La información cerca de la afección en niños es contradictoria; pese a ello, el sentimiento de culpabilidad si eso pasase está ahí. Por suerte, no nos han faltado los EPI, Sentirte protegido ayuda mucho.

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