La conocida como nueva normalidad ha llegado para quedarse, pero no todos la afrontan de la misma forma. Con la psicóloga lalinense Beatriz Novoa López hemos hablado de cómo enfrentarnos a la desescalada, sobre qué secuelas podemos tener y cómo nos va a afectar el tipo de relaciones que se han ido tejiendo durante todo este tiempo y, también, en el futuro.
-¿Se incrementaron las consultas durante la cuarentena?
-Sí he tenido alguna consulta y alguna también online mediante videollamadas. En ese sentido, debo de decir que tampoco hubo una explosión de consultas. Yo creo que la gente se acostumbró a estar un poquito metida en casa con otra rutina y otras circunstancias. Me imagino que a partir de ahora, con el cambio de fase, será cuando empiecen a pedir consulta. Es normal. Muchas veces notamos las cosas después de que pasan y no en el momento en que suceden.
-¿Cómo va a afectar en algunas personas tanto tiempo como el que hemos pasado confinados?
-Yo me imagino que, en general, al principio la gente tuvo que estar nerviosa e intranquila porque nos obligaron a perder los hábitos que teníamos. Ahora, a lo mejor, nos puede pasar todo lo contrario porque nuestra casa es un espacio seguro y podríamos caer en el famoso síndrome de la cabaña. Igual volvemos a tener miedo de salir al exterior y contactar con otras personas y volver a la rutina.
-¿Se podría dar el caso de tener miedo a la normalidad anterior?
-Sí porque, claro, cosas que hacíamos antes habitualmente, ahora a lo mejor las vemos como una amenaza y como una posibilidad de contagio. Eso es algo que se podría dar en algunas personas una vez que vayamos recuperando los hábitos que teníamos antes.
-¿Le gusta el concepto de nueva normalidad de estos momentos?
-Bueno, es lo que tenemos que tener independientemente de que nos guste o nos deje de gustar. Al final tenemos que volver a funcionar otra vez y vamos a ser claros: la pandemia sigue ahí, entonces hay que tomar ciertas precauciones para evitar nuevos enfermos.
-¿Qué tipo de patologías son las que podrían salir peor paradas con esta nueva normalidad actual?
-Desde luego, gente que padezca ansiedad. Los conocidos como TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo), sobre todo, los que tienen obsesión por la limpieza y similares. De todas formas, no necesariamente todo esto tiene que derivar en un trastorno concreto. Lo fundamental es poder adaptarse lo mejor posible a las nuevas circunstancias que nos esperan a partir de ahora.
-¿Le sorprendió que durante todo este tiempo hubieran aumentado las demandas de divorcio?
-Es razonable que aumentaran porque al pasar más tiempo con la pareja a veces descubres que ya no conectas con él o ella. Pueden pasar las dos cosas, que empecéis a pasar más tiempo juntos y os encontréis mejor o todo lo contrario. Eso también suele suceder en los períodos de vacaciones porque realmente en nuestra rutina diaria sólo la vemos un ratito a la noche y apenas hablamos. Cuando de repente te tienes que encontrar otra vez a lo mejor no estáis bien.
-Da la sensación de que los niños fueron los que mejor se adaptaron a toda esta cuarentena, ¿no?
-En general, los niños suelen tener una capacidad de adaptación tremenda. Quizás así porque empezaron a jugar y a relacionarse en casa, y también a profundizar en las redes sociales siempre bajo el control paterno, por supuesto. Muchas veces también empezaron a disfrutar un poco de sus padres, que antes pasaban todo el día sin verlos porque ambos trabajaban.
-¿Qué cree que es lo que más puede cambiar a partir de ahora en cuanto a relaciones personales?
-Yo creo que igual empezaremos a relacionarnos todavía más a través de las redes sociales y a lo mejor acortaremos nuestro círculo de gente cercana. Igual con un desconocido no sabemos si puede estar enfermo o no de coronavirus, mientras que pensamos que nuestros familiares y amigos más cercanos no lo están por aquello de la confianza que depositamos en todos ellos. Yo creo que acortaremos un poquito la gente con la que nos vayamos a relacionar.
-¿Corremos el riesgo de restarle importancia al Covid-19 conforme superemos las distintas fases?
-Es que realmente nos adaptamos a lo que vemos. Y si yo estoy en una aldea, en un pueblo pequeño y al aire libre, y no veo a gente enferma o que viene una ambulancia a buscar a alguien, todo es como menos real. Lo vemos en la tele y es casi como que no está pasando, como si fuera una película. Solamente lo vives cuando lo tienes cercano o le toca a alguien próximo. Poco a poco el miedo lo iremos perdiendo, pero con respeto.