La parroquia estradense de Cereixo se sigue adaptando a las normas que impone la crisis sanitaria del coronavirus. Si en abril, por San Xorxe, recurrió a la retransmisión de la misa por “streaming” para poder honrar a su patrón, desde el inicio de la novena y hoy como día grande de la festividad de Santa Rita se ha sabido adaptar a las circunstancias para poder honrar a la santa abogosa de los imposibles marcando separación social con asientos marcados con etiquetas blancas, cordoncillos al centro de los bancos para que cada devoto supiese de dónde no podía pasar, gel hidroalcohólico a disposición de los fieles para su desinfección y puertas abiertas.

La celebración arrancó con dos misas por la mañana, marcadas por la supresión de ritos que puedan implicar algún riesgo de contagio y por la ausencia de la gran alfombra de flores que cada año los feligreses depositan a los pies de la santa. Las flores que los fieles llevaron al templo, se las volvieron a llevar a casa. No las pudieron intercambiar, como es habitual, para evitar el riesgo de infección. En las celebraciones litúrgicas, al igual que los fieles, los sacerdotes también lucieron mascarillas salvo al comulgar y se lavaron las manos con desinfectante hasta en tres ocasiones. Sesustituyó el tradicional apretón de manos con el que se suele dar la paz por un gesto a distancia con la cabeza o la mano, se suprimió el responsorio de la comunión -en el que el fiel responde “amén” cuando el sacerdote le dice verbalmente que le entrega el Cuerpo de Cristo- y solo se entregó la comunión en mano.

Emoción, tristeza por la situación actual pero también los ánimos del párroco Rubén Diéguez a que “nos animemos unos a otros” para percatarnos de que “podemos superar esta dificultad” están marcando la jornada festiva, que concluirá esta noche con la última misa de la novena.

Para la comisión de fiestas poder celebrar al menos de este modo la fiesta de Santa Rita es gratificante tras haber perdido la celebración del San Xorxe. Aun así, cabe indicar que la fiesta es mucho más modesta que la que había organizado. Para esta noche había proyectado una degustación gratuita de cerdo asado y una verbena nocturna con la orquesta Cinema. No pudo ser. El coronavirus ha frustrado estos actos pero no el compromiso de la comisión con la parroquia y con los festejos en honor a una santa que llegó a Cereixo hace 59 años. Desde entonces, la fe en su poder no ha dejado de crecer y sus legiones de fieles, tampoco. El próximo año, cuando la romería cumpla 60, la comisión pretende celebrarlo por todo lo alto. Así será si el coronavirus no lo impide.