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Más playa que nunca

A las puertas de una temporada estival que se espera atípica, la "costa de interior" que ofrecen las comarcas se presenta como una importante alternativa para disfrutar de los días de sol

Señal del área de Berres. // Bernabé/Ana Agra

A estas alturas de la película, ni los más optimistas sueñan con un verano de bandera azul. El de 2020 no será, aunque el confinamiento vaya quedando atrás, un estío normal. No podría serlo después de una primavera prácticamente robada por un virus que todavía no se ha dado por vencido y que, según muchos expertos, promete volver a plantar batalla más pronto o más tarde. Hay quien dice que este será un verano "como los de antes", de mantel extendido en el suelo, de tortilla con filetes empanados a la sombra, sin mucha previsión de tumbona bajo el paraguas de un complejo hotelero o de circuitos por alejados rincones del planeta. Visto el panorama, aunque la visita a las playas se permita, todo parece indicar que no se autorizarán las estampas en la que cuesta encontrar un hueco para colocar la toalla. La situación exigirá, a buen seguro, buscar alternativas. Y es aquí donde las comarcas de Deza y Tabeirós Terra de Montes tienen la oportunidad de hacer su agosto en una costa de interior, en rincones de playa y baño en los que también habrá que mantener la distancia de seguridad pero que, por suerte o desgracia -hay opiniones para todos los gustos- no estarán de usuarios hasta la bandera.

Las opciones son muchas. Los nueve municipios de la zona atesoran múltiples rincones para disfrutar de la naturaleza con chapuzón incluido, para relajarse en días en los que el termómetro suda y en los que no hay nada más apetecible que esa frescura tan característica de la ribera fluvial. Algunas de estas playas se están preparando ya para recibir a sus bañistas, como es el caso de A Praíña, en las tierras estradenses que baña el Ulla ya al límite con el Concello de Teo, con el telón de fondo del puente medieval de Pontevea, declarado Bien de Interés Cultural (BIC). La asociación Entre as Pontes tiene todo preparado para seguir dando la bienvenida a los usuarios. La playa luce ya completamente acicalada para la temporada. El colectivo que preside Pedro Castañeda cursó esta misma semana por registro una petición para que el Concello de A Estrada coloque dos baños químicos en las inmediaciones del puente, en el lado de la parroquia de Couso, así como un contenedor amarillo para envases ligeros. Pide también el mantenimiento de las instalaciones sanitarias y explica que el Concello de Teo ya cumplió con su compromiso de instalar baños provisionales en su territorio -los definitivos serán de madera y accesibles-, además de instalar dos lavaderos y tres grifos de agua potable de abastecimiento municipal.

En la jornada de ayer A Praíña fue el lugar escogido para muchos de los que quisieron disfrutar del sol y el aire libre en esta desescalada. En el entorno se pudo ya ver a gente comiendo, paseando o en bicicleta.

Si se habla de extender la toalla, el Concello de A Estrada tendrá que aclarar pronto si los estradenses podrán hacerlo este verano en la playa fluvial de Liñares, un entorno de casi 24.000 metros cuadrados que se espera abrir a toda la ciudadanía tras la firma de un convenio con la Sociedade Deportiva Río Ulla. Esta misma semana la administración local tomará una decisión sobre si su intervención en este recinto se limita a la conservación y mejora de las construcciones existentes o si apuesta por una nueva edificación, integrada en el entorno y con una predominio importante de la madera, para albergar los servicios de cafetería, vestuarios y aseos. Además de zona de baño con arena en el curso del río Liñares, la playa ofrece una amplia y cuidada robleda, con parrillas, mesas y columpios, aunque también se espera una renovación en estas instalaciones.

O Areal de Berres es otra de las escalas obligadas para este verano tan singular. La zona ofrece espacio para el baño en las aguas del Ulla y un entorno cargado de energía, con zona para disfrutar de la tortilla y paseo para ayudar a la digestión. El entorno luce ya recuperado después del impacto de los temporales del invierno.

La parroquia de Barcala también disfruta de su playa fluvial de Bumio. El entorno fue mejorado en su día por el Concello y los vecinos tomaron en gran medida el relevo en su mantenimiento como una zona para disfrutar del río y de una comida campestre, sin renunciar a una refrescante zambullida.

Menos afluencia tuvieron ayer las playas fluviales dezanas, pese al tremendo encanto que atesoran. En Vila de Cruces, las Insuas de Gres están ya desbrozadas (queda alguna que otra rama por retirar en la Insua dos Namorados). El puente de Ponte Ledesma precisaría otra retirada de zarzar de entre los sillares y talar árboles nacidos al pie de la estructura, pero eso ya depende de la Xunta, no de los concellos de Cruces y Boqueixón. Un cartel recuerda que solo puede accederse a ellas a pie. Si por la mañana estuvieron vacías, por la tarde fueron zona de asueto para los vecinos que viven a ambos márgenes del Ulla. Sin salir de Cruces, las Insuas de Remesquide y A Carixa son otras de las alternativas para darse un chapuzón en el Ulla o preparar un churrasco (ambas cuentan con zonas de parrilla). En A Carixa falta por restaurar parte de la valla del cierre de una de las piscinas, semicaida o por un temporal o por un acto vandálico.

Los dezanos también tendrán para estos meses de turismo interior a su disposición el área de Pozo do Boi, en Vilatuxe, y la de Sanguiñedo, en Dozón, cuyo gobierno tenía en mente antaño ampliar el arenal. Aunque no puedan considerarse playas fluviales en sentido estricto, Deza también dispone de zonas recreativos para pasar un buen domingo en Mouriscade (Lalín),o en Ponte Vilariño (Agolada).

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