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Nuria Iglesias Montoto: "El yoga es una herramienta maravillosa para estos tiempos tan complicados"

"En la cuarentena mucha gente se dio cuenta de qué era lo que buscaba en la vida"

Nuria Iglesias Montoto, en un paseo marítimo de la isla de Fuerteventura, en donde reside ahora.

Los Países Bajos, Nepal, India y la isla de Fuerteventura son los últimos destinos de Nuria Iglesias Montoto, una profesora de yoga silledense de 23 años, que lleva en las Islas Canarias desde el pasado mes de febrero. "Vine para comerme la cuarentena, pero estoy muy contenta porque hace muy buen tiempo", asegura mientras describe el paisaje paradisíaco que le rodea.

-¿Cómo se vivió la llegada del coronavirus en Fuerteventura?

-A la gente la vi bastante bien. Al principio, yo creo que como en todas partes, se asustaron un poco porque nadie sabía lo que iba a pasar. En concreto, en esta isla la cosa se llevó muy bien porque nunca hubo muchos casos diagnosticados. De hecho, ahora mismo sólo hay uno activo y siempre fue más o menos así. Yo creo que el máximo que llegamos a tener fueron 20 juntos y siempre estuvieron en todo momento controlados. Se notaba a la gente muy relajada en comparación con otras comunidades.

-¿Por qué eligió las Islas Canarias para establecerse ahora?

-Pues, la verdad es que en Nepal conocí a unas chicas muy majas que me dijeron que estaban viniendo aquí. Si soy sincera, yo no tenía muy claro qué hacer después de India. Así que, hablando con ellas me dijeron que en lugar de irme a Holanda otra vez me fuera con ellas a Fuerteventura donde siempre hace sol, se está súper bien y la isla es preciosa. Me dije que podía probar y lo cierto es que el sol me gusta, la playa también, así que me animé y aquí estoy.

-En su reciente periplo por buena parte del mundo se comprueba que está escapando con éxito de la Cobid-19, ¿no le parece?

-Sí, eso parece (risas). Tengo que reconocer que estoy súper agradecida porque cuando yo me vine de India un par de meses antes ya había empezado todo esta historia del virus en China. Estaba como cerca pero tuve la suerte de venirme porque había decidido hacerlo en febrero y al final lo hice en diciembre porque me apetecía pasar las Navidades en Silleda con la familia. Creo que acerté porque si al final me llegara a quedarme hasta febrero supongo que me iba a resultar complicado volver.

-¿En India no saltaron las alarmas cuando se inició todo esto?

-La verdad es que no se hablaba del coronavirus. Al menos, en los sitios por donde yo estuve para nada se trataba el tema. Puede ser que tuviera algo de relación con la forma de ser de los indios y de su cultura. Sí te puedo decir que alguna gente de la que estudió conmigo yoga allí se quedó un poquito más porque llegaron más tarde, y sí que fue complicado porque hubo algunas personas a las que empezaron a despreciar un poco. El caso, es que no tenía mucho sentido pero como España era de los más afectados, hubo miedo y no querían incluso dejarlos estar en los hostels y demás.

-Holanda pidió investigar el déficit español antes de dar su apoyo a las ayudas europeas por el coronavirus. ¿Por qué piensa que son tan reticentes en el norte?

-No sé lo que se les pasó por la cabeza. Somos muy diferentes. Yo creo que tener frío o calor nos hace ser bien distintos y se nota en este tipo de decisiones, yo creo.

-¿Con qué se quedaría de cada lugar que ha visitado en el mundo?

-De Holanda me encanta su forma de vida por el hecho de que utilizan la bicicleta para todo, y eso es algo que me enamoró del país. También es un país que me encanta porque es muy llano, pequeño y en el que puedes acceder fácilmente a cualquier lugar. De India me marché enamoradísima y estoy deseando volver. De todas formas, a India o te gusta o la odias. Los indios son muy intensos. Tú pides ayuda a una persona y te aparecen quinientos a ayudar. Es increíble porque son gente humilde con una comida que me encantó. Además, yo soy vegetariana desde hace años y allí es fácil ser vegana. Y en Fuerteventura me encanta la gran tranquilidad que existe en toda la isla. Tienes el mar cerca y tienes sol todo el año. En estos momentos estoy esperando a que regresemos a la normalidad para poder impartir clases de yoga porque es lo que tengo ganas de hacer.

-¿Qué puede aportar el yoga para hacer llevadera una crisis sanitaria y económica como la actual?

-Por supuesto, el yoga puede ayudar y mucho en estos tiempos que vivimos. Date cuenta de que el yoga te hace conectar contigo mismo y, desde mi punto de vista, te hace descubrir un poco quién eres. Es darte tiempo a ver la vida y, también, a verte a ti. En estos tiempos que vivimos creo que es importante porque como te digo es fundamental darte tu espacio y poder conocerte. El yoga es una herramienta maravillosa en estos tiempos tan complicados que vivimos.

-¿Cómo cree que puede acabar todo cuando venzamos al virus?

-Yo creo está siendo un gran momento de introspección para cada uno. Estoy segurísima de que hay un montón de gente que realmente se dio cuenta de qué era lo que buscaba en su vida. Me refiero a si el trabajo que estaba llevando a cabo en estos momentos era realmente lo que quería hacer o no. Es cierto que económicamente será un golpe muy duro para todos, pero yo creo que también se están descubriendo un montón de cosas. De hecho, como sobraba tiempo durante la cuarentena creo que mucha gente pudo hacer esa introspección de la que te hablaba y ver qué es lo que quieres de verdad.

-¿Cuándo tiene pensado volver a Silleda para estar con lo suyos?

-Si vuelvo será de paso, claro. Iré a visitar a la familia. Tenía pensado que a lo mejor iría por Silleda cuando todo esto acabara pero bueno igual es mejor que se vengan ellos. Aquí se está tan bien con el calorcito que supongo que es mejor que se vengan. Estuve en diciembre, que fue cuando volví de India, para pasar las fiestas con la familia. Y me quedé hasta febrero, que fue cuando me vine. O sea, que aún estuve un poquito con ellos porque hacía un montón que no estaba tanto tiempo y se lo había prometido.

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