Poco a poco, los gimnasios y recintos deportivos de la zona se adaptan a la nueva fase de la desescalada. Sin embargo, la mayoría prefiere esperar a que las restricciones vayan desapareciendo para poder abrir con garantías. Ayer, el Gimnasio Municipal de Vila de Cruces volvía a la actividad cumpliendo de manera escrupulosa con las medidas sanitarias. "Las reservas se hacen por orden de inscripción y con reservas de una persona para 50 minutos de sesión, lo que significa un usuario por turno y entrenador", explica Ramón, el responsable del recinto, que espera que los vecinos se animen conforme pasen las jornadas a utilizar unas instalaciones que abren de lunes a viernes de 17.45 a 21.00 horas, con prioridad a los usuarios más habituales.
Por su parte, en el Gimnasio Absolute Centro Wellness de A Estrada lo tienen todo pensado para esta "nueva normalidad". Sofía recuerda que de lunes a viernes atienden con cita previa "en turnos de una a tres personas y con una duración máxima de una hora". Los horarios son de 9.00 a 13.00 horas y de 17.00 a 21.00 horas en un recinto de unos mil metros cuadrados que espera recibir en breve más medidas de protección tales como "aparatos de desinfección de partículas de aire, que se pueden encender durante las sesiones, y un ciclo de ozono para utilizar durante la noche", explica la responsable del centro.
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Donde también han retomado la actividad de manera tímida es en la Clínica de Fisioterapia Silleda donde su directora explica que desde el lunes atienden también con cita previa de 10.00 a 13.30 horas y de 16.00 a 22.00 horas "con una o dos personas, según el aforo, pero sin juntarse nunca y con gel y agua con lejía" para enfatizar la observancia de las reglas.
Inviable
Por otro lado, los empresarios del sector que han preferido esperar a nuevas fases de desescalada aducen razones de inviabilidad para abrir sus gimnasios. Es el caso del Gimnasio Di Som de Lalín, cuyo propietario considera que "no compensa abrir en estas condiciones porque es inviable, un sin sentido y algo absurdo". Nonito Riádigos recuerda que su centro solía recibir entre 150 y 200 personas cada día antes del decreto del estado de alarma.
De igual forma, en el Gimnasio Koryo de A Estrada piensan que lo mejor es cerrar de momento "porque no compensa abrir con una sola persona en toda la sala", asegura su propietario. Y en el Fmsport Pádel Silleda también siguen sin levantar la persiana porque no creen que puedan sobrevivir con tantas restricciones. "Habría que valorar lo de intentar abrir para dar clases individuales de pádel, pero no lo tengo nada claro", asegura Marcelo, mientras espera que la próxima fase pueda dar opciones a poder regresar a la vieja normalidad.